Pepita Cervera con el piano en la memoria

Concertista catalana cuya fama traspasó las fronteras españolas, la artista, quien falleció el día de Navidad, fue compañera de formación, y gran amiga también, de dos grandes maestras del instrumento como fueron Alicia de Larrocha y Rosa Sabater, ambas formadas en el magisterio de Frank Marshal, discípulo predilecto de Enrique Granados. La pianista creó sus centros de enseñanza en Madrid y Cataluña con el nombre de Centros Internacionales de Estudios Musicales Cervera-Jordà.

Con Montsalvatge
Fue alumna de Composición de Xavier Montsalvatge y visitó más de un centenar de países con sus continuos recitales en los principales auditorios, tanto en solitario como acompañada a dúo por su hija y discípula, Teresina Jordà. Tomás Marco se refirió a ambas con el siguiente comentario: «El dúo formado por Pepita Cervera y Teresina Jordà, ilustres pianistas, figura entre los mejores de los muchos grandes intérpretes que España ha dado».

Por las aulas de esta maestra de generaciones han pasado en sus años de formación más de 3.000 alumnos de toda España, algunos de los cuales hoy se dedican plenamente a la docencia, la crítica musical, la dirección orquestal y la musicología. Desde el año 2004, la concertista impartía cada verano un seminario musical de posgrado en Lérida. La vena artística familiar no se agota en la mestra Cervera y en su hija, sino que ha trascendido a sus nietos, Verónica y David, quienes han querido continuar los pasos de la saga en cuanto a la composición y creación musical.

Editorial Milenio publicó en 2004 un libro que recoge su vida, «Pepita Cervera: anécdotas y vivencias», en el que su hija desgrana los episodios más significativos de la trayectoria vital de su madre, como sus primeros conciertos en España y Europa, su salida a Estados Unidos o su selecta discografía.