Pensiones

Dos recetas equivocadas por Sergio ALONSO

Dos recetas equivocadas, por Sergio ALONSO
Dos recetas equivocadas, por Sergio ALONSOlarazon

Le han llovido aplausos de organizaciones afines y también independientes, y puede que todas ellas tengan razón: la propuesta de Alfredo Pérez Rubalcaba de subir los impuestos sobre el tabaco y el alcohol es buena para la salud pública del país. En esto, no hay controversia. Lo que no ha dicho nadie hasta ahora es que una medida de tal calibre podría ser muy perniciosa a corto y medio plazo para la Sanidad española en general. Me explico. Aunque aún no hay datos cerrados, las estimaciones de los economistas auguran que la Hacienda Pública perderá sólo este año alrededor de 0.7 puntos del PIB y unos 6.500 millones por el descenso del consumo derivado de dos medidas puestas en marcha entre diciembre y enero para combatir el tabaquismo: la subida de impuestos y el veto al consumo en los bares.


Son 6.500 millones que ya no podrán destinarse a reforzar áreas sociales como la sanitaria, lo que justifica en parte la maniobra realizada sobre la marcha por Economía al ampliar los puntos de venta de tabaco a las llamadas tiendas de conveniencia. Desde este punto de vista, la iniciativa del candidato sería devastadora para un sistema casi quebrado. La otra medida que tiene trampa es la de la supresión de los incentivos para las empresas que contraten sanidad privada para los empleados. Como bien recuerda el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad, la medida afectaría a 2,9 millones de empleados. ¿Se imagina el Gobierno que una buena parte de ellos renunciara a la atención privada para engrosar las abultadas listas de espera del Sistema Público de Salud? ¿Tendrían dinero las autonomías para hacer frente a tal avalancha de pacientes? Desde estas perspectivas, las medidas de Rubalcaba para sanear la Sanidad pública se volverían en contra ella como un «boomerang» y desatarían aún más el caos.