Roma
Cristina L Schlichting: «A la radio le sobra política y le falta espectáculo»
Afirma que para ella es determinante que un proyecto «me fascine, porque a partir de ahí soy capaz de trabajar y hacer locuras como vestirme de monja para burlar al Ejército albanés y entrar en la ciudad de Valona o hacer un programa de sexo en la cadena de los obispos».
Ahora, en «Dos días contigo», el programa que dirige sábados y domingos desde hace ocho meses, ha logrado para la COPE excelentes resultados en el último EGM: 100.000 oyentes más y un crecimiento del 25% respecto a las cifras de hace un año.
-Una evaluación positiva...
-Sí. Está claro que la gente ha aceptado muy bien un producto muy fresco, divertido y que aligera el fin de semana. Es un programa que no sólo está en línea con la demanda de la audiencia, sino también con lo que la COPE quiere ser: una cadena que acompañe, que no crispe y que informe. Es muy grato estar en un barco con tanto vigor económico.
-¿Es usted de las que no cree en las mediciones de audiencia o se siente premiada con estos datos?
-El EGM es muy impreciso y no es válido más que para medir tendencias. Desgraciadamente, el cliente publicitario se guía minuciosamente por un estudio. El sistema nos somete a una tiranía injusta.
-Antes no había hecho fin de semana, ¿está a gusto en esta franja?
-Estoy encantada. Es una forma de trabajar diferente y un equipo muy chispeante con el que me río mucho. Es menos relevante desde el punto de vista político, pero tiene audiencias espectaculares. Ahora mismo doblamos la audiencia de las tardes.
-¿Qué sobra y qué falta en la radio?
-Sobra carga política y falta lo que yo llamaría la radio creativa o de espectáculo. Aunque hay genios, por supuesto: el modo como vende la publicidad Pepe Domingo Castaño, o cómo se ríe de las cosas Carlos Herrera... Pero se han arrumbado géneros más laboriosos, como el reportaje, los trucos de sonido, los teatrillos...
-Y en los medios en general, ¿qué sobra?
-Sobra partidismo en las tertulias y en la Prensa. Y sobra desvergüenza y mala educación en las televisiones.
-Aunque lleva años en la radio, es columnista en Prensa y colabora en alguna cadena de televisión. ¿Cambiaría de medio o no dejaría la radio por nada del mundo?
-Lo importante no es el medio. Lo que importa es el proyecto. Puedes hacer algo fascinante en cualquier medio si el proyecto es interesante.
-Usted es una mujer combativa, sobre todo en temas como el aborto o el terrorismo. ¿Se considera una abanderada de ciertas causas?
-En asuntos como ésos, asumir determinadas posiciones cuando eres muy visible implica la condición de abanderado. Defender la vida tiene consecuencias que otros famosos no están dispuestos a arrostrar. Importantes mujeres se han hecho con las mejores posiciones en los medios públicos gracias a su docilidad en estos temas a costa de sus propias ideas.
-¿La veremos en Roma el día 1?
-Sí, haremos el programa en directo los dos días con motivo de la Beatificación de Juan Pablo II. COPE y 13 Tv irán a Roma con gran despliegue.
-¿Hay algo que le gustaría hacer y que aún no ha hecho?
- En el terreno profesional, me gusta hacer cosas que me diviertan. En el terreno personal, me gustaría, en algún momento, poder dedicarme a la cría de pollos silvestres. Me veo de granjera, en un lugar idílico, en contacto íntimo con la naturaleza, alejada de esta vida de artificialidad que llevamos.
PERFIL
Una cocinera apasionada por la lectura
Sus comienzos se remontan a su beca en el periódico «Abc», «tras un examen al que nos presentamos 500 alumnos». Continuó en aquel «Abc» como reportera, momento de duro trabajo que coincidió con la llegada de sus tres hijos «que ahora tienen 18, 19 y 21 años y fue muy difícil criarlos». Sus aficiones, manuales, son bordar y cocinar, pero dedica casi todo el tiempo libre a la lectura. Ha escrito tres libros, pero no se considera escritora: «Es una faceta periodística, no literaria». Es católica, y la fe ha sido para ella una apertura a la cultura y a la inteligencia. «Opino como opino porque he hecho un recorrido de la razón gracias a la fe».
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