París

Hollande se batirá contra Sarkozy

Será el candidato socialista en las presidenciales de 2012 tras imponerse en las primarias a Aubry

Comienza la segunda ronda de las primarias socialistas en Francia
Comienza la segunda ronda de las primarias socialistas en Francialarazon

El rival socialista de Nicolas Sarkozy para 2012 ya tiene cara y lleva el nombre de François Hollande. Aunque la aritmética estaba de su lado, el suspense se mantuvo hasta el último momento. Una semana antes, ni el favorito llegaba en cabeza con la mayoría esperada ni Aubry se quedaba tan rezagada como los sondeos vaticinaban. Por eso, ninguno de los equipos cantaba ayer victoria precipitadamente. La partida no sólo estaba abierta, sino que la participación masiva del electorado de izquierdas y la movilización de nuevos votantes, que en la primera vuelta prefirieron obviar las urnas, hacían difícil predecir un triunfador claro.

Con un 56,4% de los votos, Hollande ganó su apuesta. Hacerse acreedor de la confianza del electorado progresista, con la ventaja necesaria para dotar a su investidura de una fuerte legitimidad y facilitar al mismo tiempo la cohesión de la familia socialista tras un final de campaña en el que los cuchillos han volado bajo.

Exultante, tras los rituales agradecimientos, el vencedor se enfundó el traje presidencial. «Quiero ser el candidato del respeto, del diálogo y de la democracia para ofrecer una Presidencia de la República distinta», dijo desde la sede de Solferino antes de subrayar la necesidad de un «Partido Socialista solidario» si se quiere conseguir la alternancia en 2012.

Durante la última semana, el político galo ha visto respaldada su posición al recabar el apoyo de todos y cada uno de los eliminados de la primera ronda. En frente, la primera secretaria del partido no sólo ha endurecido el tono de su discurso contra su oponente, sino que lo ha virado hacia la izquierda para tratar de convencer al 17% de electores de Arnaud Montebourg, pese a que el adalid de la «desglobalización» se haya decantado, a título personal, por Hollande.

Anoche, Aubry perdió dignamente y se puso al servicio de su rival, «más legítimo y más fuerte» gracias, dijo, a las primarias. «Voy a poner toda mi energía y mi fuerza para que sea dentro de siete meses el nuevo presidente de la República», concluyó tras confirmar que hoy recuperará su puesto de primera secretaria del PS.

Una vez más la participación y la redistribución de esa bolsa de votos constituyeron ayer las principales incógnitas de un proceso electoral histórico e inédito. La movilización de casi tres millones de personas, en alza de un 7%, respecto al domingo anterior, vino a demostrar el deseo del electorado galo de izquierdas de implicarse activamente en la designación de su candidato, pero también de acometer una reorganización del sistema político tradicional. Hasta ahora, sólo los militantes podían pronunciarse en unas elecciones internas.

El éxito de las primarias «abiertas» socialistas no ha pasado desapercibido en el bando contrario, suscitando ciertas envidias, pero desatando también la ira presidencial. Al contrario que su primer ministro, François Fillon, que cantaba las virtudes de este «moderno» sistema, Sarkozy no tardó en tacharlo de «contrario al espíritu de la V República». No obstante, este modo de designación podría aplicarse en la conservadora UMP en 2017.

A la resaca electoral seguirá hoy la dura tarea de la reconciliación. Sobre todo tras un duelo en la cumbre de dos pesos pesados del PS, correligionarios y sin embargo «enemigos» jurados, que hasta estas primarias llevaban dos años sin dirigirse la palabra. Él, hijo espiritual de Jacques Delors; ella, hija natural de este último y siempre en búsqueda de un reconocimiento paterno. La rivalidad escenificada en el altar de las primarias no es sino el reflejo de una animadversión nunca superada.


Un candidato para atraer al centro
Sin sorpresas y como anticipaban las encuestas, François Hollande (57 años) se impuso ayer con contundencia en las primarias socialistas a Martine Aubry. El que fue durante once años líder del partido, se presenta al electorado como un clásico socialdemócrata, un moderado que sabe que para ganar al conservador Nicolas Sarkozy en las urnas no son suficientes los votos de la izquierda. Con un discurso centrado en la economía y la educación, el burócrata Hollande quiere ganarse el favor de los electores centristas, muchos de ellos desencantados con cinco años de «sarkozysmo».


Martine Aubry
Una derrota con dignidad

La secretaria general del partido en funciones sabía que lo tenía todo en contra. Tras la primera vuelta de las primarias socialistas, se había establecido una especie de frente común contra Martine Aubry (61 años). Incluso Ségolène Royal hizo caso omiso de la solidaridad femenina y prefirió apoyar a su ex pareja sentimental, François Hollande. A nueve puntos del diputado de Corrèze, la alcaldesa de Lille decidió enarbolar la bandera de la «izquierda fuerte» para distanciarse de su rival, al que acusaba de ser «blando» y hablar «como lo hace la derecha». Aubry buscaba así conquistar al 17% del electorado que optó por el «indignado» Arnoud Montebourg. Anoche, sin embargo, tras reconocer su derrota, la hija de Jacques Delors se ofreció a trabajar activamente para que su rival se convierta en el próximo presidente de la República.