Infeliz 2012

Los meteorólogos anuncian año con pocas nieves, o sea, escasos bienes. Tal predicción sirve para el deporte porque en año olímpico se aventuran grandes decepciones. El deporte español está sujeto a cuatro individualidades y a los equipos. En Londres, el descenso del número de medallas se vaticina sensible.
El año, futbolísticamente, se salvará si la Selección española repite título europeo y el Barcelona o el Madrid, uno de los dos, gana la Liga de Campeones. En los Juegos también puede haber alegría dado que el equipo apunta a protagonizar notable actuación.
El fútbol, nacionalmente, vivirá campaña de angustias económicas. La crisis no ha hecho meditar a la mayoría de los dirigentes. Las medidas conservadoras del Valencia y el Villarreal no han sido seguidas por el resto. Desgraciadamente, a la mayoría le deslumbra el oro de Madrid y Barça y ello tiene como consecuencia catarata de horrores. España bate récords en los concursos de acreedores y no se toman medidas para acomodarse a la realidad.
No todos los clubes han aumentado el número de abonados y en muchos campos se observa menor afluencia de público. Los ingresos por abonos y taquilla vienen a ser el veinte por ciento de los ingresos y esta temporada también han faltado los dineros de los patrocinadores, como prueba el hecho de que más de media docena de clubes se han quedado sin ingreso tan notable. La participación en los derechos televisivos seguirá siendo injusta y pocos lucharán por reparto más solidario. Año sin bienes.
Posdata. En Londres faltarán medallas en ciclismo y gimnasia. Y en atletismo, pronósticos fallidos del presidente.