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Chaves el «intachable»

La Razón
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«Intachable» es una palabra que los políticos utilizan en tanto una sentencia judicial no comprometa alguna de sus actuaciones o un comportamiento propio. Todo lo que hacen es absolutamente «intachable» hasta que no se ven con la soga al cuello, cosa que básicamente ocurre cuando un juzgado les condena en firme a ingresar en prisión que es algo que, por otra parte, tan sólo sucede en contadísimas ocasiones. El sistema es tan garantista con ellos que si a cualquiera de nosotros nos podría condenar de inmediato por maquinar el robo de un pollo y hacer un croquis en un papel, a los políticos se les permite que lo roben siempre que, al menos, sean capaces de guardar las formas. Básicamente, la cosa consiste en que no se les vea el croquis ni tampoco se queje el pollo.
A Manuel Chaves lo han pillado robando un pollo, pero él lo confunde con una subvención de diez millones de euros que le concedió a la empresa en la que trabajaba su hija. Es lo que tiene la política: que te confunde los pollos con las subvenciones con suma facilidad en el momento en el que hay hijos de por medio y serias dudas de que algún juez sea capaz de apreciar la diferencia. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía acaba de dictaminar lo que ya sabíamos porque lo dice la ley: que un cargo público debe inhibirse en determinadas decisiones que afecten o beneficien a familiares, siendo éste un supuesto que abarcaba también a la actuación de Manuel Chaves como presidente de la Junta. No obstante, el Consejo de Gobierno, presidido por él, otorgó en 2009 dicha cantidad a la empresa MATSAU en la que su hija Paula trabajaba como representante jurídico y, a la sazón, gestionaba la ayuda. El Tribunal Supremo archivó la querella por la vía penal por no ser un hecho constitutivo de delito, pero el TSJA ha apreciado los indicios de infracción administrativa que ahora se ventilan. Es decir, que Chaves debería haberse inhibido en esa decisión y que no basta con el paripé exculpatorio que hizo la Junta para desestimar el asunto, sino que la obliga a abrir el expediente sancionador que eludió en su día.
Visto lo cual, Manuel Chaves sigue manteniendo que su actuación fue «intachable», a pesar del TSJA, porque sigue sin ver la diferencia que va entre subvencionar con diez millones de euros a la empresa de una hija y guardar las formas. Robar un pollo no es un delito pero, desde luego, tampoco es «intachable». Él, sin embargo, mantendrá lo contrario en tanto que no lo metan en la cárcel.