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Occidente rechaza armar al Ejército Libre de Siria

Occidente rechaza armar al Ejército Libre de Siria
Occidente rechaza armar al Ejército Libre de Sirialarazon

Otro centenar de personas morían ayer en Siria, entre ellos varios niños, en un nuevo día de violencia que no cesa en el país mientras la comunidad internacional no consigue pararla. En la primera reunión de los denominados «Amigos de Siria» celebrada ayer en Túnez, los países árabes y occidentales se mostraron divididos sobre qué medidas tomar y acabaron reiterando la propuesta de la Liga Árabe de una fuerza de pacificación internacional, sin acordar más detalles. Los más de 50 países que se reunieron en la capital tunecina hicieron un llamamiento al presidente Bachar al Asad para un alto el fuego que permita la entrada de agencias humanitarias en las áreas más afectadas por la violencia y se comprometieron a aplicar y ampliar las sanciones al régimen.

Las promesas, que no dejan de ser sólo eso, no alcanzaron las expectativas de la oposición siria, que pedía no sólo asistencia humanitaria, sino corredores humanitarios para hacerla efectiva, la creación de zonas seguras para el Ejército Libre de Siria y apoyo económico para las necesidades de la población. Resignado ante la evidencia de que la comunidad internacional no intervendrá militarmente, el Consejo Nacional Sirio (CNS), principal representante de los rebeldes, pidió que, al menos, no se pongan impedimentos a que aquellos países que quieran puedan ayudar al ELS, facilitándole armas, entrenamiento y apoyo logístico, para que puedan «defenderse» frente a las fuerzas gubernamentales.

Un miembro del CNS dijo a LA RAZÓN que si la comunidad internacional finalmente no les ayuda, sólo podrán contar con sus propios medios: «Las mujeres sirias seguirán vendiendo sus joyas para que el Ejército Libre pueda comprar armas», aseguró Jaled Salama.

Occidente se ha mostrado totalmente contrario a armar a los rebeldes, al menos no de forma oficial. Se ha especulado que Washington se estaría planteando opciones militares, pero en su intervención ayer ante los «Amigos de Siria» la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton hizo hincapié en la presión diplomática para aislar completamente al régimen sirio: prohibir a sus miembros viajar, congelar sus cuentas bancarias y cerrar embajadas y consulados. Coincidiendo con la reunión de Túnez, emergieron informaciones de que los rebeldes ya estarían recibiendo armamento desde el extranjero, probablemente de países árabes, o con el beneplácito de terceros que no estarían impidiendo la compra y entrada de armas en Siria. Los países del Golfo parecen defender esta fórmula y ayer Arabia Saudí dijo que armar a los rebeldes sería una buena idea, además de mostrarse muy molesta con la línea suave que quisieron mantener Europa, EE UU y el país anfitrión.

Los «amigos» resultaron ser menos amigos de lo previsto y no reconocieron al CNS como único representante legítimo del pueblo sirio, algo que el organismo lleva pidiendo desde hace tiempo y que sería fundamental para abrir la puerta a armar a los rebeldes de forma directa, además de deslegitimar aún más al régimen de Asad. Este reconocimiento está tardando porque la oposición siria todavía no se ha unido en un único órgano, algo que la comunidad internacional le pidió ayer que hiciese. El CNS reúne a los principales grupos, cerca del 70% de ellos, pero hasta el momento no había presentado ninguna propuesta concreta para la transición democrática, algo que quiso hacer ayer para tranquilizar a los «amigos», así como ofrecerles garantías de cara a las minorías religiosas y étnicas del país.

El CNS pidió ayuda a los países aliados para asegurar las fronteras sirias y evitar que lleguen armas y terroristas dentro del territorio, además de pedir la cooperación de Rusia, que hasta el momento ha estado de parte de Asad.

 

Boicot de China y Rusia
China y Rusia declinaron la invitación a participar en la reunión de los «Amigos de Siria», en un nuevo ejemplo de su política de alineamiento con el régimen de Bachar al Asad. Rusia envió un comunicado en el que justificó su ausencia por la falta de representación del régimen sirio en la cita, pero se mostró partidario de negociar por un cese de la violencia. El gigante asiático, por su parte, se mantiene fiel a su principio de no intervención ni siquiera por razón humanitaria.