Moodys bendice la oferta de Telefónica por la brasileña Vivo

LONDRES- La agencia de calificación crediticia Moody's Investor Service considera que la oferta de 5.700 millones de euros lanzada la semana pasada por Telefónica sobre Brasicel con el objetivo de hacerse con el control de la operadora brasileña Vivo tiene «sentido estratégico» y podría resultar «positiva» para el crédito de la compañía española.«La operación tiene sentido estratégico para Telefónica, ya que fortalecería su posición competitiva en el creciente mercado brasileño de telefonía móvil», destaca la calificadora de riesgo, que precisa que Telefónica cuenta con «suficiente flexibilidad» como para realizar esta compra al precio ofrecido, por lo que señala que «este movimiento podría resultar positivo para el crédito de Telefónica», puesto que la mejoría del negocio compensaría cualquier deterioro financiero marginal debido al endeudamiento, ya que la multinacional española financiará toda la transacción mediante deuda, informa Ep.La semana pasada, Telefónica presentó una oferta de adquisición por 5.700 millones de euros a su socio Portugal Telecom por el 50% de Brasilcel, holding que controla el 60% de Vivo, que fue rechazada inicialmente por el consejo de la operadora lusa, aunque la propuesta se mantiene en vigor hasta el próximo 6 de junio. A este respecto, la agencia de rating señala que Telefónica pretende consolidar sus actividades en América Latina y destaca que el control pleno de Vivo le permitiría fusionarla con su filial de telefonía fija en el país carioca, Telesp, que cuenta con una cuota de mercado del 29% en Brasil, país que aporta alrededor del 15% de los ingresos de Telefónica, de los que 10 puntos porcentuales corresponden a Telesp y el 5% restante a Vivo.Sin embargo, en esta operación interfieren cuestiones que van más allá de los negocios. El primer ministro de Portugal, José Sócrates, afirmó ayer que la decisión de Portugal Telecom de rechazar la oferta de Telefónica por la brasileña Vivo es «una cuestión empresarial», pero insistió en que a Portugal le interesa contar con una «gran compañía de telecomunicaciones» porque es «un gran activo del país».