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El acusado asesinar a su mujer y sus dos hijos en Tarragona niega ser el autor

El acusado de haber asesinado a su mujer y a sus dos hijos en Tarragona, Abdeslam B., ha negado hoy en la Audiencia de Tarragona ser el autor de los hechos, si bien ni la fiscal de violencia de género Cinta López, ni el letrado defensor, Llorenç Calero, han preguntado directamente sobre el crimen.

El múltiple crimen fue descubierto el 11 de octubre de 2010 al localizar los cuerpos de la mujer y los dos hijos del acusado enterrados en cemento y yeso en la bañera del domicilio familiar, en la calle Reial de Tarragona.

Abdeslam B. ha declarado con un intérprete a petición del propio presidente del tribunal, ya que a pesar de hablar castellano no usa los tiempos verbales con precisión y las pruebas forenses no determinaron la fecha exacta de la muerte de Zaida, la esposa del acusado, de su hija de seis años y de su hijo de dos, si bien en algunos momentos de su declaración intercalaba frases en castellano.

El acusado ha caído en varias contradicciones respecto a las declaraciones que hizo a la policía sobre dónde estuvo y en qué fechas, aunque ha mantenido que estaba fuera de España y que regresó al conocer, por una llamada telefónica de su hermano: "que ya no existía mi familia". "Estaba como loco ese día, pero yo no estoy loco", ha dicho.

El acusado ha relatado que tiene el "don del sultán". "Tengo un poder en las manos y en los ojos y si miro una persona a los ojos sé si es buena o mala y si le doy la mano y es mala, se le quema", ha explicado.

Abdeslam B. ha asegurado que este mismo don ya lo tenía en 2010 y se lo había contado a su mujer, quien le echó de casa, sin llaves, por lo que primero durmió en una casa ocupada del barrio de Torreforta y luego en su coche.

Sin embargo, el relato de la fiscal es que al comunicarle a su mujer que tenía ese don, lo hizo golpeándola con un cuchillo y amenazándola con ese cuchillo en el cuello mientras le decía que "podía trabajar para la policía y le preguntaba qué crímenes había cometido ella", por lo que se le dictó una orden de alejamiento y él ingresó en el instituto psiquiátrico Pere Mata durante diez días.

Pese a la orden, el acusado ha narrado que se iba viendo con su mujer en sitios públicos, como el colegio o una plaza, para que él le diera dinero y poder ver a sus hijos, hasta que volvió al domicilio familiar y trabajó en la vendimia en el municipio de Mont-roig, hasta que acabó la campaña y él decidió ir a Algeciras a trabajar con su hermano.

Según el acusado, se coló en el tren hasta Madrid y allí pagó billete hasta Sevilla hasta llegar a Algeciras, pero las condiciones no le gustaron y compró un billete de avión hasta Bruselas, ya que un conocido le dijo que allí ayudaban a personas con discapacidades y él tiene una pierna parcialmente mutilada como resultado de un accidente en 2001.

En Bruselas, pasó las noches al raso porque no conocía a nadie ni tenía dinero y supo que su familia estaba muerta por una llamada telefónica de su hermano, por lo que regresó inmediatamente a España, aunque asegura que le perseguían.

Una vez en Barcelona, el acusado explica que se dirigió muy asustado a unos guardias urbanos para decirles que habían asesinado a su familia y que también le perseguían para matarle.

Preguntado por si sentía afecto por su esposa e hijos, Abdeslam ha contestado: "son sangre de mi sangre"y "nunca les haría lo que la policía dice que hice".

La fiscalía pide la absolución del acusado por el eximente completo de enfermedad mental, ya que considera que el acusado padece un brote agudo de esquizofrenia, delirios de persecución, rasgos paranoides y megalomanía, y solicita una pena sustitutoria de 75 años de ingreso en un centro psiquiátrico, 25 por cada muerte, aunque solo podrá cumplir 40 según el Código Penal.

El juez considera al acusado especialmente vulnerable y por eso ha prohibido que se tomen imágenes del juicio, que continuará mañana con la declaración de varios mossos d'esquadra y los peritos forenses.