Murcia
Votos por Antonio Parra
En las antiguas investigaciones sobre los medios de comunicación, referidas especialmente a los efectos en el ciudadano, se daba por hecho que esos efectos eran determinantes, aunque en los experimentos en los años cuarenta en los EEUU sobre las elecciones presidenciales se vio que la eficacia de los medios durante las campañas eran escasos a la hora de cambiar la intención de voto, no mucho más del cinco por ciento, aunque, claro, en circunstancias más o menos equilibradas ese porcentaje podía ser decisivo.
Aquellos pioneros estudios y teorías fueron cambiados décadas más tarde por los de la agenda; los medios no dictan lo que hay que pensar, sino en qué hay que pensar, es decir, marcan la agenda, algo que está cambiando con Internet y las redes sociales, aunque, en buena medida, la «agenda» de esos nuevos medios suelen seguir todavía, aunque sea para criticarla, la oficial y la que marcan los medios tradicionales.
Si las cosas son así hay que considera que esta campaña que acaba de comenzar en España para las elecciones generales va a cambiar muy poco las expectativas, y desde luego que no afectará a la previsible mayoría absoluta del PP, al menos según la unanimidad de las encuestas. A lo más que podría aspirar el candidato socialista, Pérez Rubalcaba, es a rascar algún punto en mítines y debates televisivos y «dignificar» algo la catástrofe. Los del PP no quieren confianzas y prefieren ir con cautela hasta el día 20 a partir de las 20 horas, cuando se cierren las urnas.
Hay quien defiende que dada la situación de profunda crisis económica este dispendio para la campaña, que según las teorías vigentes va a variar poco las previsiones, podría ahorrarse, y fiarlo todo a algunos debates en los medios. Pero los populares hacen bien en no fiarse, a veces, contra todo pronóstico, el Levante gana al Madrid y el Hércules al Barça.
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