París
Del «hipersonic» al «aerotren» por José Antonio VERA
El mundo cambia a velocidad de vértigo. Donde más se ha notado el impacto de las tecnologías es en el ámbito de las comunicaciones, con la irrupción de internet y las modernas telefonías. Los cambios en el transporte están siendo también notables, particularmente en lo que se refiere a la alta velocidad ferroviaria, y quizás menos en la aviación y la automoción. Ha llamado mucho la atención que, en materia de aviación comercial, apenas se hayan producido avances relevantes en los últimos cuarenta años. El Concorde fue muy innovador, pero su trágico final, el elevado coste de los vuelos y el exceso de ruido hicieron que se tratase de una experiencia frustrada. Ahora los grandes fabricantes de aviones comerciales nos anuncian cambios de relieve de verdad, que de llevarse a la práctica supondrán un auténtico avance en el sector. En la reciente Paris Air Show de Le Bourguet la EADS europea presentó su maqueta de avión hipersónico, un aparato que dobla la velocidad del Concorde (4 veces la del sonido o Mach 4) que permitirá transportar 100 pasajeros de París a Tokio en dos horas y media, con la particularidad de que se moverá con hidrógeno, con cero emisiones y sin apenas ruido. Otro prototipo presentado igualmente en París fue el jet SonicStar, que estará listo en diez años, podría transportar sólo a 20 personas a una velocidad de match 3,5, y haría un vuelo alrededor del mundo en sólo cinco horas. Eso en lo que se refiere a la aviación.
En materia ferroviaria sí que se han dado grandes e importantes pasos en el ámbito de la alta velocidad. Pero la tecnología sigue avanzando y lo último en esta materia lo constituye el tren de levitación magnética, que vuela literalmente sobre su rail al elevarse unos centímetros y desplazarse sin rozamiento material. Funciona desde hace años en la ciudad de Shangai y alcanza velocidades de 470 km/hora, lo que le permite unir el aeropuerto de esta urbe china con el centro del núcleo urbano en apenas siete minutos. En el mismo recorrido un automóvil convencional suele emplear alrededor de una hora, entre atascos, semáforos y demás servidumbres del tráfico rodado. Los japoneses por su parte tienen en mente un «aerotrén» que volaría literalmente a escasos centímetros del suelo, sin rail alguno, sobre una superficie de cemento, transportando a trescientas personas y a una velocidad de 570 kilómetros hora. En el ámbito de la automoción también son subrayables, entre otros, los proyectos «Megabús» y «Superbús». El primero funciona de hecho en Curitiba, la ciudad más verde de América Latina, y es considerado «el autobús más largo del mundo» (28 metros). Se presenta como una opción real al metro y funciona con biodiesel a partir de la soja. El «Superbús», por su parte, es un prototipo más futurista que se moverá al cien por cien con electricidad y puede transportar a 20 personas. Está pensado para unir unas ciudades con otras a una velocidad que en teoría podría llegar a los 200 km/hora, pese a que lógicamente en ninguna parte del mundo se podría aplicar.
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