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Wert: «Dos horas de castellano en Cataluña no son suficientes»

«Vamos a cambiar la estructura del Bachillerato para que tenga menos optativas». «Tener un cine más internacional fortalecería la industria» 

Wert: «Dos horas de castellano en Cataluña no son suficientes»
Wert: «Dos horas de castellano en Cataluña no son suficientes»larazon

Llegar hasta el despacho de José Ignacio Wert, en el Ministerio de Educación, se antoja una excursión. Sobre su mesa, llena de papeles, pero ordenada, descansan una reforma de la enseñanza que llegará hasta la universidad, un estatuto que pondrá en valor la figura del profesor y la Ley de Mecenazgo que todos esperan. También el cine está entre sus objetivos prioritarios. Espera que los nuevos presupuestos no hagan demasiada sangre en su recién estrenada cartera.

–¿Considera que es inconstitucional el modelo de inmersión lingüística que plantea Cataluña?
–No soy quién para considerarlo porque hay una sentencia del Constitucional y varias del Supremo en las que se considera conforme a la Constitución la inmersión lingüística en Cataluña siempre y cuando no atente contra el derecho de recibir educación en castellano como lengua vehicular a quien lo solicite. Ahora se habla del auto del TSJ de Cataluña, pero se pierde de vista que es un auto que no es firme, porque puede recurrirse, y que no entra en el fondo de la cuestión.

–¿Y qué le parece que Cataluña nunca obedezca esta jurisprudencia que ya existe?
–Que las familias tienen derecho a que sus hijos estudien en castellano. Eso es lo que han dicho los tribunales.

–¿Cree que los niños catalanes tienen menor nivel educativo que los de otras autonomías por la cuestión lingüística?
–No. En las pruebas de lengua de Pisa están en la media y en las evaluaciones generales de diagnóstico pasa lo mismo. No tienen déficit particular en lengua española.

–¿Entonces dos horas en castellano en las aulas catalanas son suficientes para expresarse con corrección y fluidez?
–Probablemente no, y si hubiera una tercera hora el nivel sería mejor. De hecho, en términos relativos, los niños catalanes obtienen mejores resultados en cosas que no tienen que ver con la lengua.

–¿No estará utilizando la lengua Artur Mas como un arma de confrontación política?
–Ha sido una constante de todos los gobiernos catalanes utilizar la lengua como una de las señas de identidad. Han hecho un uso intenso del catalán como lengua vehicular.

–¿Cómo van a garantizar una enseñanza común en España teniendo en cuenta que cada autonomía puede decidir más del 30% de los contenidos que deben estudiar los alumnos?
–Una enseñanza común no puede suponer una enseñanza uniforme al cien por cien. Eso sería contradictorio con el estado de las autonomías. En la Educación, al igual que en la Sanidad, hay que marcar la carta de derechos básicos, un territorio común mínimo que todas las autonomías deben respetar. La educación es obligatoria y gratuita hasta los 16 años, pero hay diferencias muy grandes entre comunidades, entre qué se incluye dentro de la gratuidad y qué no se incluye.

–¿Tener una mayor educación es garantía de tener un puesto de trabajo?
–La formación no garantiza el trabajo pero a la salida de la crisis habrá menos empleo para los menos cualificados.

–¿A cuánto aspira a rebajar el abandono escolar temprano?
–Sería muy importante conseguir reducir de 3 a 4 puntos anuales.

– ¿Y estamos en disposición de conseguirlo?
–Hay que ser ambicioso en los objetivos y riguroso en la medición. Si hay una medida que no tiene el potencial de rendimiento que buscábamos, la cambiaremos.

–¿Y cómo queda por fin la Secundaria?
–Ese primer curso orientador hacia la FP o el Bachillerato y que antes era 4º de la ESO seguirá siendo obligatorio y gratuito. En ambos tendrán un peso muy importante las asignaturas troncales e instrumentales. Nadie va a titular al acabar tercero de la ESO. En cuanto al Bachillerato, tal y como está configurado es un disparate: hay asignaturas troncales, de modalidad y asignaturas optativas. Es un menú que dificulta la organización de grupos. Las modalidades no se van a tocar pero sí la estructura de optativas. Una vez hecho el primer curso orientador, los dos siguientes serán para reforzar conocimientos porque estamos convencidos de que una de las razones que dan lugar a que los resultados en las pruebas internacionales sean tan mediocres tiene que ver con la reducción cada vez mayor de esas materias troncales en la fase superior. Parte de esta reforma estará en vigor en el curso académico 2013-2014.

–¿Va a traer los profesores ingleses e irlandeses que quiere Esperanza Aguirre?
–Tenemos una situación en el empleo lo suficientemente delicada como para que promocionemos a profesores extranjeros. Soy más partidario de los «teaching assistants» (profesor de apoyo para inglés).

–¿Qué va a hacer para fomentar el bilingüismo?
–Apoyar experiencias piloto en las comunidades que van más atrasadas y procurar que sigan las mejores prácticas de las que van más avanzadas, como es el caso de Madrid.

–¿Qué van a estudiar los alumnos en Educación Cívica y Constitucional?
–En una primera etapa se suprimirá el contenido adoctrinador de la asignatura y esto estará en vigor ya el próximo curso. Estará listo en unas semanas. Después cambiará formalmente el nombre de la asignatura, pero eso requiere un cambio de la LOE.

–¿Se planteó la posibilidad de suprimir Ciudadanía y no sustituirla por ninguna asignatura?
–No estoy en contra de que sean contenidos susceptibles de un tratamiento transversal, pero nos pareció que introducía menos inestabilidad un cambio de la asignatura que la supresión.

–¿Los profesores de hoy están bien preparados para dar clase?
–Están muy bien preparados: es un colectivo admirable. En circunstancias en las que no han tenido un respaldo normativo, han mantenido un nivel de compromiso altísimo. Una de mis preocupaciones es reforzar el prestigio social, la legitimidad y la autoridad del profesorado a través de un estatuto del docente. Una sociedad vale lo que valen sus maestros. «Magister» viene de «magis», de más, mientras que minister viene de «minus». Los maestros valen más que los ministros, si atendemos a la etimología.

–¿Para cuando este estatuto?
–Queremos que esté aprobado en la primera parte de la legislatura. La ley de autoridad del profesor irá incluida en este estatuto.

–Dicen que para abordar una reforma en la universidad hay que «atreverse». ¿Usted es de los que se va a «atrever»?
–Me voy a atrever con la universidad en lo que pueda atreverme, porque esto es una responsabilidad compartida con la comunidad universitaria y las comunidades autónomas, que en el fondo son las responsables de sus universidades. La universidad presenta un amplio espacio de mejora. Es un tema muy complejo desde el punto de vista organizativo, de autonomía, financiero y de articulación política y las competencias del Estado son muy limitadas. Es un territorio en el que la necesidad de acuerdo con las comunidades autónomas es determinante. Además, tenemos unas tasas de abandono de las carreras muy inquietantes que cada año cuestan al Estado 3.000 millones de euros.

–Ministro, vamos a cambiar de tercio y a adentrarnos en otro de los vértices de su departamento, la cultura. Ha hablado de la necesidad de un cambio en el cine español. ¿De qué manera se va a ordenar esa transformación?
-De forma gradual, porque lo que no podemos es introducir un cambio que paralice una industria, por mucho que nos parezca que el sistema de ayudas es muy mejorable. ¿Cuál es la palanca fundamental de transformación de ese sistema? Cambiar el hecho de que el sistema pivote sobre la subvención a que lo haga sobre el incentivo fiscal, y la vía para conseguirlo es a través de los cambios en los incentivos fiscales mediante la ley de mecenazgo y, segundo, haciendo más eficaz la colaboración entre las distintas ramas del audiovisual. La relación entre cine y televisión tiene que ser de equilibrio mutuo.

–Usted ha dicho que las ayudas a la amortización se van a mantener. ¿De dónde se va a recortar? ¿Será el cine un sector más beneficiado con respecto a otros sectores?
–Hasta que no tengamos un marco presupuestario claro no puedo ser más preciso. No tiene sentido una lógica de enfrentamientos entre unas industrias culturales y otras porque siempre se pueden encontrar ejemplos de países que funcionan ayudando más a unos o a otros y que responden a momentos que atraviesan las propias industrias, a características del modelo de cada país.

–¿De qué manera, entonces, pueden ayudar los poderes públicos?
–Lo que deben hacer los poderes públicos es ver que el Estado es un facilitador y cómo se juega mejor ese papel para que la industria y el conjunto de las industrias audiovisuales sean un motor y contribuyan al fomento de la marca España. Quizá la perspectiva no tiene que ser sólo conseguir una cuota de pantalla superior dentro, sino que hay que primar factores de internacionalización. Tener un cine muy visto fuera puede ser un elemento dinamizador de esa industria.

–¿Puede ser ésa una de las claves, internacionalizar nuestro cine?
–Fortalecería la industria en el contexto europeo e internacional. Quizá tengamos que hacer un cine más exportable, que es algo que debe de hacer la industria. Yo no soy quién para decirles qué camino deben seguir.

–¿Se ha sentido bien acogido por el mundo del cine?
–Muy bien. No tengo de qué quejarme en cuanto al trato que me ha dispensado corporativamente y espero que ellos tampoco tengan de qué quejarse del trato que les he dado. Me gusta el cine español, aunque no todo.

–Los productores hablan de una cifra conveniente de desgravación del 40%. ¿Se baraja un porcentaje similar para la Ley de Mecenazgo?
–En un tema como éste no se pueden crear expectativas El grado de avance en lo que no depende sólo de este ministerio no es suficiente para poder hablar de un tanto por ciento. He tenido conversaciones ya con el ministro Montoro y su disposición es buena, pero ahora todos estamos ahora centrados en la preparación de los presupuestos.

–¿No se pueden dar fechas, entonces, sobre la Ley de Mecenazgo?
–Tenemos que esperar. Existe una voluntad para que sea una de las primeras medidas que se lleven al Parlamento en materia cultural, pero no es un proyecto que emane y que interese solamente a un Ministerio. No se puede preparar en diez minutos.

–¿Satisfecho con los primeros resultados de la Ley «antipiratería»?.
–Está funcionando conforme a las expectativas. Esperábamos algún tipo de activismo antagonista e intento de burlar la norma, pero estamos satisfechos sobre cómo está funcionando; en una semana faltan aún muchas cosas por ver, pero el balance de estos días desde que funciona nos deja tranquilos. Todos los dispositivos están funcionando como deben.

–Ampliar la oferta legal en internet es un reto que se plantea su departamento.
–Es el más importante. Nuestro papel es de facilitadores, lo repito. No se trata sólo de perseguir las violaciones flagrantes, sino de favorecer la transición ordenada legal. Sin un desarrollo saludable de la distribución en internet no habrá uno saludable de la creación cultural. No estamos taponando el desarrollo, sino que intentamos que éste se produzca con unas reglas que respeten los derechos de los creadores y que permitan que funcione el mercado virtual con normas equitativas para quienes intervienen.

–¿Puede avanzar algo sobre el canon digital?
–Irá con cargo a los presupuestos generales temporalmente porque esperamos que haya legislación comunitaria en breve.

–Sobre el cargamento de monedas recuperado, ¿cuánto se prevé que tarden los trabajos de conservación?
–Los técnicos no lo saben calcular. En este momento las están catalogando porque aún conservan la forma de los sacos que las contenían, y lo primero es separar y contar. No son chocolatinas Nestlé y hay que manejarlas con mucho cuidado. Ya hablaremos de fechas.

–¿Se trabajará en el futuro con compañías que rescatan patrimonio sumergido?
-Respetando la Convención de Patrimonio Subacuático, ¿si existe posibilidad de colaboración puntual con empresas que tienen la tecnología en el caso de rescatar contenidos específicos de los pecios? No se excluye, pero no es ésa la filosofía ni de la Convención ni del Libro Verde español.

-En cuanto a la equiparación del IVA de los libros en papel (4%) y digital (18%), ¿se va a impulsar un acercamiento?
-Aproximarlo es nuestro propósito. Tiene sentido que en el contexto de la convergencia fiscal dentro de la UE haya legislación europea al respecto. No depende de nosotros. Quien va a determinar el procentaje sobre el que se trabaje será Hacienda.

–Ha dicho que va a cumplir con la ley respecto al Archivo de Salamanca. ¿Se van a recuperar los papeles que salieron ilegalmente hacia Cataluña?
–Hay un marco legislativo estable, por un lado la Ley de la Memoria Histórica, además de piezas complementarias de la restitución a Cataluña y, del conjunto normativo en la materia, hay procedimientos y plazos. No hay ahora mucha litigiosidad sobre los distintos archivos. No creo que sea tema en el que haya que provocar incendios.

 

Cuando menos es mucho más
–¿Habrá menos presupuesto para las artes escénicas?
–Depende. En lo que trabaja intensamente la Secretaría de Estado es en un mecanismo que hemos llamado «Estrategia de cooperación y comunicación cultural», que permita hacer más con menos, es decir, fomentar la itinerancia de las produccioones de tal manera que reduzcamos el coste: menos producciones yendo a más sitios. Cumplimos dos requisitos: el de eficiencia económica en tiempo de escasez y damos cumplimiento a lo que señala la Constitución: fomentar la comunicación cultural entre las comunidades autónomas, que es una forma de construir la cultura en España.

 

EN PRIMERA PERSONA
Cinéfilo por definición, incondicional del Real Madrid y con don de lenguas (habla cinco), José Ignacio Wert nació en Madrid en 1950 y estudió en el Colegio del Pilar. Es licenciado en Derecho y diplomado en Sociología Política. Ha sido director de Demoscopia. Sobre su nueva responsabilidad ministerial, confiesa: «Tienes que querer muy poco a tu país para no considerar que ser ministro es un honor y una responsabilidad. Desde el punto de vista personal no es una vida ni glamurosa ni cómoda. Hay un nivel excesivo de trinchera e ideologización. A cambio de ahorrarle al Estado algo así como un millón de euros por reunir Educación, cultura y deportes el que no se los ahorra en calidad de vida es el titular».