Óscar Terol: «No hay cocina más guarra que la de un piso de estudiantes»

- ¿A quién se le ocurrió hacer un libro titulado «Cómo no tener la cocina como un cerdo»?
-Fue un encargo de la editorial, el editor me propuso el tema y me dijo, sospechosamente, que era yo quien lo tenía que escribir. También es cierto que el hombre cenó unos días antes en mi casa, lo que hizo que me sintiera insultado y halagado al mismo tiempo, halagado por el encargo y afectado por la opinión que tenía de mí. Luego, escribir los capítulos resultó sencillo, sólo tuve que observarme.

-Ahora hay muchos hombres que cocinan, ¿quién es más guarro en los fogones, el hombre o la mujer?
-El hombre, porque no tenemos visión a medio ni largo plazo. La mujer hace todo pensando en el día siguiente, por eso va a dejar la cocina limpia y recogida antes que nosotros.

-¿Y no es más fácil recoger a la par que se cocina?
 -Eso es una utopía que sólo se ve en los programas de cocina. El hombre tiene un sentido de la trascendencia y quiere dejar su huella, por eso no suele quitar la mancha del plato.

-¿Existe algo peor que la cocina de un piso de estudiantes?
 -No. Ésa es una edad en la que no te preocupa el futuro y siempre piensas que en el piso hay otro más guarro que tú. Si ya de por sí esa época de la vida es una dejadez en todos los aspectos, pues si lo llevamos a la cocina se convierte en la «Tormenta perfecta».

-¿Cuáles son los puntos negros, en cuanto a limpieza, de la cocina?
-La cocina en sí misma es el punto más negro de toda la casa, pero las campanas extractoras y los hornos se llevan la palma.

-Esa falta de higiene no puede ser sana.
-El «cerdo» siempre toma como suyo el refrán: «lo que no mata engorda».

-Supongo que las cocinas de los vegetarianos serán más limpias que las de los demás ya que ahí se usa poco la grasa.
-En absoluto. Le animo a que use un rallador de verduras y luego lo limpie, resulta imposible quitarle todos los pedacitos de comida. Le ocurre lo mismo que al colador, sólo está limpio el día que lo compras. Ponerlo debajo del grifo está bien, pero vacías tres pantanos cada vez que lo lavas.

-Siempre será peor la fritura.
-El problema de la fritura es que nunca se sabe cuando hay que cambiar el aceite de la freidora. Se han visto aceites dan densos que no bajaba el cestillo. Yo recomiendo un cambio cada cuatro años, coincidiendo con las olimpiadas, así, al menos, podremos acordarnos de que ya toca.