Cataluña

OPINIÓN: Bichos raros

La Razón
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Ante la repentina muerte de Santi Santamaría, ahora todo son elogios. Atrás han quedado las desavenencias por ir en contra de lo que es el sentido común. Esto les ocurre a muchas personas. En la vida cotidiana, en la vida pública, en la política. Aquellos que dicen lo que piensan son bichos raros. Y Santamaría lo era.
Decía Churchill que el político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones. Esto no lo contemplan muchos de los políticos que dirigen la vida municipal, autonómica y estatal. Estamos rodeados de personajes que se dedican a la política porque se consideran importantes. Sus limitaciones son muchas y practican esa vieja táctica de la envidia y el odio para salvaguardarse de la realidad. Estos personajes sólo saben hablar mal de los demás. Mantienen las apariencias, pero cuando rascamos un poco, no encontramos nada.
Todos estos personajes son el cáncer de la política actual. Después algunos se quejan que la gente no va a votar. Tal vez el ciudadano es más inteligente. Lleva tiempo observando a estos personajillos y por eso deciden no votar. Existen tres tipos de personas: aquellas que se preocupan hasta la muerte, las que trabajan hasta morir y las que se aburren hasta la muerte. Se debe colocar a los personajillos en esta última. Su vida es tan aburrida y carente de sentido que en el fondo merecen nuestra consternación. Así vamos.