Ayuntamientos
«Qué bonita está la calle Parece que es Nueva York»
Lo primero que hizo ayer el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, al llegar a la calle Serrano fue «estrenarla» oficialmente abriendo uno de los envoltorios que cubrían los bancos, paradas de autobús, farolas e, incluso, semáforos de la nueva Milla del Oro.
Seguidamente, Gallardón se disculpó con los vecinos y comerciantes de la zona por los dos años en los que han sufrido el ruido de las excavadoras y el polvo de las zanjas mientras los obreros se afanaban por «convertir una calle que se construyó en el siglo XIX en una del siglo XXI».
El alcalde, que estuvo acompañado en su visita a Serrano por los concejales Ana Botella y Miguel Ángel Villanueva, entre otros y se encontró a la portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Soraya Saénz de Santamaría, recordó que aunque la reforma en superficie ya está terminada, aun quedan por finalizar los tres aparcamientos de residentes y rotación que darán servicio a los comercios y vecinos de la calle y que estarán listos en diciembre.
Así lo explicó a las decenas de madrileños que le rodearon durante el paseo y que le acosaron a preguntas sobre el coste de la reforma y las ventajas para los establecimientos. Sobre la reforma, el primer edil recordó que la venta de las plazas de aparcamiento ha financiado todas las obras y aprovechó para presumir del nuevo carril bici que estrenaron ayer muchos ciclistas y para hacerse una foto con el personaje infantil Pocoyó. Aunque hubo algunas quejas, muchos de los que ayer quisieron saludar a Gallardón comentaron que la calle había quedado muy bien, sobre todo por las nuevas aceras que se han ensanchado e invitan a pasear por ellas. «¡Qué gusto ver la calle tan bonita sin tanta zanja!», exclamó una vecina, que la comparó con la Gran Manzana y reconoció que las molestias habían valido la pena para disfrutar del cambio.
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