«Frau Nain» por César Lumbreras

Ya sé que no se trata de un tema muy veraniego y muy apropiado para el mes de agosto, de esos que son adecuados para leer en una hamaca al lado de la piscina, en la playa o bajo la sombra fresquita de un árbol. Me refiero a la mala imagen que en algunos sectores y Estados miembros de la UE comienza a tener la canciller Merkel y, por extensión, Alemania. «Frau nain» no es precisamente la líder política europea que concite más adhesiones y más simpatías. En los últimos meses han sido frecuentes las críticas en los medios de comunicación europeos y también en algunos de Estados Unidos, debido a la política impuesta por Berlín, tanto en el Banco Central Europeo (BCE), como en el Consejo de Ministros de la UE, en organismos de la zona euro y en la propia Comisión Europea. Incluso se ha sacado a relucir que estamos en pleno IV Reich, esta vez conseguido por medios pacíficos. Y no es bueno que todo esto suceda. Alemania es pieza fundamental en todo el entramado comunitario y del euro y no puede extenderse más la sensación de rechazo a su política y a sus continuas exigencias no compartidas. Eso conducirá a un aislamiento de este país y agravará el problema. Ahora bien, desde Berlín también deberían poner un poco de su parte y dejar de mirar sólo al control de la inflación, su gran obsesión por razones históricas. Un poco más de flexibilidad y de mano izquierda con sus socios de la zona euro en dificultades no vendría mal, especialmente si, como es el caso de España, han comenzado a hacer sus deberes. Exigencias, sí, pero flexibilidad también, «Frau nain».¿Será capaz de conseguir el equilibrio?