Gran Hermano

Jorge Luis Borges decía de los peronistas lo mismo que hoy diría de los nuevos socialistas españoles: no son buenos ni malos, son simplemente incorregibles. ¡Tantos años suponiendo que Ramón Jaúregui era un socialista para mayores con reparos y ahora, recién ministrado, se bebe hasta las heces la lujuria del dominio y deviene en archimandrita del Gran Timonel de la Moncloa para imponernos lo que debemos ver! Como si el Gobierno careciera de apoyos mediáticos o al Gran Wyoming no le patrocinara la ministra Salgado. Se ignora por qué en un país necesitado de desregulaciones hay que regular una TV, propiedad moral de sus clientes. Además, van a remar contra el viento porque muchos han metido el electrodoméstico en un cajón, y otros antes del sueño sólo zapeamos Canal Historia, Euronews y los informativos polacos para mirar a las presentadoras. Ni los documentales de la 2. Hungría acaba de hacer el ridículo presidiendo la Unión Europea con una ley mordaza y requisas impositivas. Los socios principales les han sacado los colores por vestigios de sovietismo, recordándoles que Europa no es eso, y, corridos, prometen enmendarse. Ahora vamos nosotros a ponerle puertas al campo, olvidando que la libre circulación sin cortapisas de noticias y comentarios es el sillar de la democracia y que los dolos los tasa el juez de guardia. Como en España no hay problemas doblamos a Gran Hermano.Dios primero confunde a quien quiere perder, y estos archimandritas ya están perdidos.