«Ni eran dos borrachos ni fue una gamberrada»

MADRID- «Ni fue una gamberrada, ni eran dos borrachos que decidieron romper una puerta». Así de contundente se mostró ayer la presidenta de la Comunidad al explicar el incidente que sufrió en su vivienda la madrugada del miércoles después de que Interior diera por resuelto el caso con la identificación de los intrusos. Esperanza Aguirre compareció para denunciar el tratamiento como hecho de «menor entidad» que le ha dado el ministerio a un suceso del que asegura que, si se ve el vídeo de las cámaras de seguridad que vigilan su casa, no se puede decir que se trate de una falta, sino de «un delito de allanamiento de morada y tentativa de atentado contra la autoridad».

La jefa del Ejecutivo regional aseguró que las imágenes muestran con claridad cómo los asaltantes caminan «serenos como jueces» por la acera de su calle y, repentinamente, «cuando llegan a la altura de mi casa, uno de ellos da un giro de 180 grados y cruza para propinar una patada de karateka» a la puerta.

Pese a esto, afirmó, «son las 12:20 de la mañana –36 horas después del asalto– y aún no se les ha tomado declaración para saber las razones que les llevaron a actuar como lo hicieron». «¿Y si pudieran venir con la intención de ‘‘okupar, con k'', mi casa? Eso sería portada de New York Times ¿Y si en vez de dos vienen 25? O se organiza una ensalada de tiros o me dirá usted qué es lo que ocurre», sentenció. Además, criticó esta «indefensión» en seguridad ciudadana, después de remitirle una carta al ministro del Interior, Antonio Camacho, para trasladarle su «perplejidad» ante lo sucedido y pedirle responsabilidades por haber dejado en libertad a los individuos sin haberles interrogado para conocer los motivos que les llevaron a asaltar su casa.

A un metro de mi puerta
«Rompieron la puerta de la calle de mi casa, llegaron a un metro de la puerta de mi piso, fueron dados el alto por los dos guardias civiles de servicio, se dieron a la fuga y finalmente fueron retenidos». Aguirre se mostró «indignada» porque, pese a esto, no se les detuvo, ni se les interrogó, se les dejó en libertad porque un funcionario consideró que fue un «hecho de menor entidad» y se ha trasladado a la sección de robos, afirmó. «Entrar a patadas a casa de cualquiera no es un hecho de menor entidad, pero es que además, yo soy una autoridad», matizó. «¿Qué pueden esperar de la Policía los ciudadanos de a pie cuando alguien allane sus viviendas?», escribió en su misiva a Camacho.

La presidenta regional también quiso aclarar que fue ella quien telefoneó el miércoles por la mañana en dos ocasiones al ministro para pedirle que se investigaran las razones del allanamiento y que, al no recibir respuesta suya, decidió hacer público lo sucedido. Fue entonces, ha continuado, cuando Camacho le telefoneó para «quejarse» porque estaba «utilizando a la policía» con fines políticos, a pesar de que según reveló Aguirre sobre la conversación, al ministro le pareció «inusual» que no se hubiese tomado declaración a los asaltantes. ¿Qué pasó entonces?, se preguntó, «que a diferencia del caso Bono, aquí no han podido cambiar el atestado porque lo tengo yo desde las 9:00 de la mañana de ayer –por el miércoles–».

Por su parte, el director general de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, aseguró ayer que la actuación policial fue la adecuada. Velázquez defendió que sólo se trató de una falta aunque argumentó que no se trató de la residencia de la presidenta, sino del portal, «que es distinto». Sin embargo, tal y como aclaró Aguirre es una residencia en la que únicamente viven familiares suyos y de su marido.

«Media España sabe dónde vivo»
Para Aguirre, el asalto a su vivienda en la madrugada del miércoles no fue algo casual. A esta conclusión llegó sólo después de visionar el video, en el que, según explicó, se aprecia a dos personas que no vacilan sino que «van directos a la puerta de mi casa. Y media España sabe donde vivo». Además, la puerta no es de un portal al uso, es un portón (como de garaje antiguo) con acceso también para peatones. Y dentro sólo viven diferentes miembros de la familia de la presidenta.