De tallajes

Hay lío en la prensa con el tema de las tallas no regladas. Lo mezclan con los diseñadores de moda y sus modelos escuálidas, con las adolescentes anoréxicas, con la depresión de los que no entran en su talla habitual… En fin, un cóctel más bien confuso. Porque con un poco de perspicacia acabas sabiendo qué tipo de tallaje usan en los almacenes en los que sueles comprar. Si un día tu cuerpo se manifiesta más grande será por algo, seguramente porque has zampado más de lo habitual. Y si te has mirado en el espejo de casa, cosa lógica, ya irás a la tienda con el bajón puesto. ¿Por qué comes más? Esa sería la cuestión. ¿Porque estás aburrido? ¿Porque estás ansioso? ¿Porque estás triste? A mirarse hacia adentro toca. El problema es que vivimos en un lugar donde no hay espacio ni tiempo para mirar hacia adentro. Todo está creado para seguir el canon que marcan los medios de comunicación. Miramos la tele, la prensa, las revistas… y todos, como si lo supieran, nos dicen lo que pasa, lo que hay que hacer, dónde hay que mirar, lo que hay que comprar, lo que no se lleva, lo que es imprescindible. Nos transmiten machaconamente que hay que ser delgado, joven, guapo y próspero. Eso es triunfar. Eso es lo que hay que ser. Por lo que si no lo eres sólo te resta ser un marginado, un triste, un idiota. Si te lo crees, o te pilla flojo, será mejor que no vayas a comprarte un pantalón entonces. Si te está estrecho te sentirás una piltrafa humana. Y, a la salida, te comerás seis grasosas hamburguesas. O peor aún: nada, nada, nada.