Reino Unido

Se busca Justicia

La Razón
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Cuando llegue a sus manos este periódico «El Rafita» podrá pasear por la calle sin su vergonzoso historial de violencia y muerte. Lo han borrado. Mató a Sandra Palo como podía habernos matado a cualquiera, pero las leyes, aprobadas por nuestros políticos y aplicadas de desigual manera por los jueces, suprimen sus antecedentes, no así el dolor que sentirán los padres de Sandra. En Reino Unido, uno de los adolescentes que mataron a un niño de dos años, condenado de por vida pero puesto en libertad después de ocho años, ha vuelto a prisión acusado de poseer y distribuir pornografía infantil. Cuando mató tenía diez años, hoy 27. Se le dio nueva identidad para preservar su anonimato. Su supuesta reinserción costó casi tres millones. Los padres de la víctima han dicho que si un día lo encuentran harán su propia justicia, visto que la oficial no funcionó. ¿Podemos culparlos? ¿Qué tipo de justicia es esa que hace partirse de risa a los asesinos y llorar de impotencia a las víctimas? Esta semana se ha presentado un estudio que asegura que la mitad de los jóvenes españoles justifica la violencia. Hablan de alcohol, de drogas. Como todos los que beban, se droguen o hayan visto algún episodio de violencia se pusieran a matar, haría tiempo que no quedaba nadie en este planeta. La impunidad es un cáncer en nuestra sociedad. Y si no reaccionamos a tiempo, la metástasis será letal. Si la educación llega tarde, urgen medidas más serias y cercanas al sentido común.