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Cómo morirse en un cibercafé y que nadie deje de jugar

Lo que para muchos es sinónimo de ocio, de entretenimiento, e incluso en los casos más extremos, de vicio, para este joven de 23 años lo es de muerte. El hombre pasó 13 horas muerto en un cibercafé de Nueva Taipei, Taiwán ante el desconocimiento, o no, del resto de cibernautas que se encontraba en el local.

Cómo morirse en un cibercafé y que nadie deje de jugar
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Una buena metáfora, sin duda, de la adicción a internet. Resulta difícil creer que durante las trece horas que Chen Jung-yu permaneció postrado en su silla sin vida, nadie, absolutamente nadie, del cibercafé se diera cuenta.Según se afirma desde el medio local "Taipei Times", el fallecido compró un bono de juego de 23 horas de duración, pero murió cuando habían transcurrido diez horas. Este ingeniero que trabaja en Northern Taoyuan Cable TV era uno de los clientes habituales del cibercafé.Jugaba al World of WarcraftEn el momento del fallecimiento llevaba diez horas jugando al popular World of Warcraft, y no fue hasta que se cumplieron las 23 horas que había reservado para jugar, cuando el personal del establecimiento se dio cuenta de lo sucedido.El secretario del cibercafé aseguró que no vio nada extraño en la actitud del joven al creer que simplemente, y cansado de jugar, se había quedado dormido. Chen Jung-yu se encontraba con la cabeza hacia arriba y las manos extendidas sobre el teclado.Cuando el empleado fue a despertarle, llamó a la policía al darse cuenta que al desplazar la silla hacia atrás, las manos del jugador permanecían rígidas. En un principio, parece que la causa de la muerte se debe a un paro cardiaco provocado por la baja temperatura del lugar.Ni la llegada de la Policía alteró al resto de jugadoresSegún apunta el medio local, la investigación de la Policía se puede estar viendo entorpecida a causa del desinterés del resto de jugadores que se encontraban en la sala junto a Chen.Ni la llamada a la Policía dando aviso por parte del empleado, ni el revuelo causado, consiguieron llamar la atención de las cerca de diez personas que estaban presentes. Estos continuaron jugando como si nada hubiese ocurrido hasta que los agentes de seguridad dieron órdenes de acordonar la zona para proceder a la investigación.