Londres

Brown se adelanta y asume la responsabilidad de su derrota

El candidato laborista, ayer durante un acto electoral con estudiantes en Leamington Spa, Inglaterra
El candidato laborista, ayer durante un acto electoral con estudiantes en Leamington Spa, Inglaterralarazon

Gordon Brown vivió ayer uno de los momentos más emotivos de su vida. El «premier» abandonó Downing Street por última vez antes de las elecciones sin saber –o sin querer saber– si volvería otra vez a cerrar la puerta del Número 10. Al igual que su rival David Cameron, el líder laborista emprendió un tour de 36 horas para apurar hasta el último minuto de campaña antes de la cita con las urnas. A pesar de que el «tory» fue el primero que anunció la agenda «maratoniana», Brown aseguró que él lo tenía pensado hace mucho tiempo. La noche del miércoles la pasará rumbo a Escocia. Es allí donde está su circunscripción, Kirkcaldy & Cowdenbeath, y donde tendrá que depositar su voto. Después, está previsto que regrese a la residencia oficial. Aunque podría ser sólo por unas horas, antes de dirigirse a Buckingham Palace para anunciar a la reina su dimisión en caso de que su partido coseche unos resultados catastróficos.Brown aseguró ayer que asumiría «toda la responsabilidad, pase lo que pase». Lo dijo a primera hora en la televisión GMTV agarrado de la mano de su mujer. Por primera vez, la pareja concedió una entrevista conjunta. El partido siempre tiró de la dulce Sarah cuando las cosas no iban bien, y la táctica funcionó en un par de ocasiones, pero ayer quizá ya era demasiado tarde. La imagen, más que la de un rescate, parecía la de una despedida.El «premier» recalcó que aún había «miles y miles» de personas indecisas. Y les pidió su voto, alejándose así de muchos pesos pesados del laborismo que ayer pidieron la papeleta liberaldemócrata en las circunscripciones en las que no se veían con posibilidades con tal de alejar a los conservadores del poder.Obras de caridadFingió de este modo que aún era un tipo optimista, pero se desmoronó cuando le preguntaron si seguiría al frente en caso de que su formación perdiera en número de votos. No obstante, ninguna posibilidad está descartada. Brown aún puede contar con los escaños suficientes para gobernar sin mayoría absoluta. El primer ministro, sin embargo, ya empezó a hablar ayer, por primera vez desde que empezó la campaña, de sus planes fuera de Downing Street. Ningún candidato que se viera con oportunidades habría respondido a esa cuestión. «Si no puedo marcar la diferencia, me marcharé y haré otra cosa», matizó. Y hasta el final, el laborista quiso dejar claro que no es como Tony Blair. Brown detalló que podría dedicarse a trabajos caritativos o voluntarios matizando que no quiere «hacer negocios ni nada parecido». «Sólo quiero hacer algo bueno», recalcó.A pesar de que hasta los más críticos con él admitieron ayer que estos días Gordon Brown está haciendo los mejores y más apasionados discursos de su vida, las encuestas vaticinan que su oponente conservador, David Cameron, cada vez se acerca más al Número 10 de Downing Street.

Sarah, al rescate-«Gordon es muy apasionado y directo sobre lo que quiere. Se compromete mucho. Así que cuando algo así le sucede, se lo toma como algo personal. Estaba realmente ansioso por arreglarlo. Estaba agobiado por cómo hizo sentir a esa mujer», la primera dama, Sarah Brown, sale en defensa de su marido (por haber llamado fanática a una simpatizante) en una entrevista personal con el diario «The Times».- Su defensa sigue, y es que Sarah tiene una teoría: ella ve a un Gordon Brown que los medios británicos deciden no sacar.- «Es la misma persona que conocí hace 15 o 16 años», reconoce. «Gordon entró en política sólo porque quiere cumplir con un servicio que haga bien y cambie las vidas de las personas».