Birmania
Una especie de cocodrilo que casi se extinguió resucita en Vietnam
El cocodrilo siamés, una de las especies más amenazadas del planeta, revive en un parque natural del sur de Vietnam gracias a un programa de recuperación más de dos décadas después de que fuera declarado extinto en el país.
Una treintena de ejemplares del reptil, endémico del Sudeste Asiático, se ha aclimatado a la vida salvaje en el parque nacional de Cat Tien, donde algunos de ellos fueron soltados hace nueve años y desde entonces se han reproducido con éxito.
"Es el primer proyecto de reintroducción de estos cocodrilos en el mundo. Todos los años vamos allí y vemos sus ojos brillar en el agua, no sabemos cuántos hay exactamente pero sabemos que ya han nacido varias crías y se han adaptado bien a la vida silvestre", explica a Efe Ton Hung, propietario de la granja de cocodrilos de Hoaca en Ho Chi Minh (antigua Saigón).
Hung, principal impulsor del programa y quien posee más de 20.000 reptiles en distintas explotaciones al sur del país, seleccionó con la ayuda de los científicos de la universidad australiana de Queensland un total de 24 ejemplares (ocho machos y 16 hembras) de pura raza para reintroducirlos en Cat Tien.
"De los cien animales iniciales que seleccionamos, sólo 24 resultaron ser de pura raza, en las granjas se dan muchas mezclas y es difícil distinguir uno auténtico sin un test científico", indica el vietnamita.
Este cocodrilo desapareció oficialmente de Vietnam en 1987, cuando las autoridades estiman que fue cazado el último ejemplar salvaje de la especie, con la que acabaron la contaminación del agua, la construcción de presas hidroeléctricas en los ríos y -sobre todo- la caza furtiva.
Sin embargo, el reptil, que puede llegar a medir tres metros de largo, sobrevivió en cautividad, en gran medida gracias al desarrollo de las granjas de cría de cocodrilos.
Los centros de cría demostraron ser un buen negocio para vender las cotizadas pieles y también su carne, cada vez más apreciada.
Uno de los primeros emprendedores fue Hung, quien primero estableció una fábrica de marroquinería y luego tomó la iniciativa de devolver a los reptiles al medio salvaje porque se sentía en deuda con la naturaleza.
El criador explica que "según la cultura vietnamita, si coges algo que te da Dios, tienes que darle una ofrenda".
"Como mi trabajo consiste en criar cocodrilos y gano mucho dinero gracias e ellos, pensé que debería ayudarles a sobrevivir en la naturaleza", dice mientras termina un plato de sopa del reptil, uno de los exóticos manjares que sirve el restaurante de su granja.
La introducción en el medio salvaje de animales nacidos en cautividad no fue sencilla, y durante un año los jóvenes reptiles seleccionados fueron adiestrados para aprender a buscar su propio alimento y a desenvolverse sin la ayuda del hombre.
"El parque nacional de Cat Tien soltó por su cuenta otros treinta ejemplares hace cinco años, sin entrenarlos, pero el resultado no fue satisfactorio, se acercaban a los puestos de los guardabosques para que los alimentaran y muchos terminaron muriendo atrapados en redes de pesca, donde buscaban presas fáciles", relata Hung.
Nueve años después, la población salvaje se ha asentado y tiene una buena base para crecer, pero el criador advierte de que el camino será largo y hasta dentro de 5 ó 6 años no podrá hacerse un balance definitivo de la experiencia.
El cocodrilo siamés es una de las especies más amenazadas del planeta y varios informes alertaron de su extinción definitiva en 1992, aunque después se localizaron algunos ejemplares en Birmania, Camboya, Laos y Tailandia.
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