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Una ley ilegal por Toni Bolaño

La Razón
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La Ley de Consultas aprobada por el Parlamento catalán tiene escaso peso jurídico. Esto no lo afirmo yo sino que la aseveración corresponde a Joan Ridao, hasta hace unos meses secretario general de ERC. El ex líder independentista ha dejado la política y ha vuelto a la docencia. Coincidí con él miércoles en una tertulia radiofónica y le pregunté por la ley de marras, esa que los nacionalistas quieren utilizar para preguntar por la independencia o el pacto fiscal. Ridao fue contundente. El Estatut dice en su artículo 122 que la Generalitat puede convocar consultas sobre temas de su competencia. La financiación autonómica no lo es. Los dineros de las comunidades emanan de la LOFCA, Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas, y a lo sumo son consecuencia de acuerdos bilaterales Comunidad-Estado. Por tanto, primer contratiempo legal para la ley de Artur Mas. Pero no es el único. Según Ridao, el propio Estatut remite al artículo 149.1.32 de la Constitución, que evidencia que sólo el Gobierno central puede autorizar estas consultas. Por si fuera poco, Ridao considera que existe un cierto fraude de ley porque el texto dice que las consultas no son referendos, cosa que cae en saco roto si se tiene en cuenta la Ley Orgánica de 1985 que las regula. Todas las consultas tienen carácter de referendo. El ex líder independentista, para ser justos, añade a estas reflexiones jurídicas que siempre hay que tener en cuenta las voluntades políticas. Sin embargo, su posición jurídica no deja dudas: la Ley de Consultas no se aguanta por ningún sitio y hace aguas por todas partes. El Gobierno catalán está en su derecho de hacer los planteamientos políticos que considere convenientes pero siempre respetando el marco jurídico. Otro tema es que las leyes puedan interpretarse pero si un experto, políticamente poco sospechoso, como Joan Ridao considera que la Ley de Consultas no sólo no es constitucional sino que también es antiestatutaria, el Gobierno de Mas está actuando de forma irresponsable e ilegal.