25 años de cárcel para Fujimori

BUENOS AIRES- Mientras la mayoría de los dictadores y líderes latinoamericanos de pasado oscuro gozan de impunidad, a Alberto Fujimori le llegó su San Martín. El ex mandatario peruano fue declarado ayer culpable de violaciones de los derechos humanos, poniendo punto final a la crónica de una sentencia anunciada. «Los cuatro cargos objeto de imputación se encuentran probados, más allá de toda duda razonable; por consiguiente la sentencia que se emite es condenatoria», señaló el juez principal del tribunal que lo procesó, César San Martín. Vestido de terno y corbata negra, bebiendo agua mineral en varios momentos, Fujimori escuchó en silencio la sentencia mientras escribía en unos papeles blancos sin mirar en ningún momento al tribunal. Tampoco parecían perturbarle los gritos de aprobación de los familiares de las víctimas que se encontraban en la sala. En el exterior, 2.000 policías custodiaban los alrededores de la Dirección de Operaciones Especiales, Diroes, donde se celebraba el juicio. Bajo improvisadas carpas, los seguidores del «Chino» escucharon la sentencia con el rostro desencajado. Poco después, la emprendieron a golpes contra un grupo de sindicalistas que se manifestaban a favor de las víctimas. Tras conocerse el fallo, la congresista Keiko Fujimori, hija del imputado, señaló que la condena «demuestra lamentablemente que la promesa de justicia fue una mentira y que en vez de un juicio jurídico a mi padre se le sometió a un juicio político y mediático». Por su parte, el ex presidente siempre defendió su inocencia, «tuve que gobernar desde el infierno», dijo en referencia a la lucha contra Sendero Luminoso, que durante la década de los 80 y comienzos de los 90 mantuvo a Perú en caos con ataques a infraestructuras y atentados. El proceso también ha resultado un camino de espinas para el actual mandatario, Alan García. No hay que olvidar que el presidente ha sido acusado de violación de derechos humanos durante su primer Gobierno en la década de 1980, antes de que fuera reemplazado por Fujimori. Precisamente fue durante el mandato del «Chino» cuando García huyó a Colombia, esperó a que prescribieran sus delitos y volvió para presentarse en las pasadas elecciones. Ahora «Caballo loco» observa desde la sombra cómo un viejo conocido es condenado, consciente de que en ese banquillo también podría estar él.