Castilla-La Mancha

El PP reordenará las competencias autonómicas para ahorrar

Opta por «decir la verdad» para superar la «catástrofe económica» del PSOE

Juan Ignacio Zoido, junto a Javier Arenas y Alberto Ruiz-Gallardón, ayer, durante la décima asamblea de la FEMP
Juan Ignacio Zoido, junto a Javier Arenas y Alberto Ruiz-Gallardón, ayer, durante la décima asamblea de la FEMPlarazon

MADRID- El PP y el PSOE, aunque con preocupaciones distintas, están hoy casi más pendientes de la gestión del 21-N que de una larga campaña electoral en la que nunca ha parecido que el resultado estuviera tan escrito de antemano. Ayer, los populares inauguraron el segundo ensayo de la macroconvención en la que presentarán su programa electoral, y de esa primera jornada queda el eco de dos mensajes.

En clave más política, el PP parece que se siente en la obligación de ir preparando el terreno para las medidas que tendrá que adoptar en cuanto llegue al Gobierno, si gana las elecciones. Una de cal y otra de arena, porque al mismo tiempo tienen ya prácticamente cerrado un programa posibilista, que no incluye propuestas efectistas, pero tampoco medidas que puedan asustar de antemano al votante.

Ayer la secretaria general, María Dolores de Cospedal, optó por envolverse en la promesa de «decir la verdad» para hacer pedagogía teórica sobre lo que requerirá el futuro para salir de la «catástrofe económica» de la herencia socialista. Rajoy pondrá inmediatamente en marcha un plan de reformas, pero «no vamos a engañar a nadie y sus efectos llevarán su tiempo». Ni falsos «brotes verdes» ni «cuentos chinos» ni ejercicios demagógicos que «ya no crean ilusión, sino mucho paro», insistió la «número dos» del PP. Los de Rajoy advierten de que para que las cosas se arreglen hará falta tiempo, austeridad, confianza en nosotros mismos y un esfuerzo solidario de todos los españoles. Y esto último quiere decir que tendrán que sacrificarse aquellos españoles que afortunadamente aún no han sufrido «personalmente» la crisis, más allá de por verse afectados por los recortes sociales del PSOE y por vivir bajo el miedo a perder su empleo.

«Pero ningún español es ajeno a esta crisis y nadie puede desentenderse de los esfuerzos conjuntos que como sociedad tenemos que hacer. Los esfuerzos de hoy serán la recompensa de mañana», añadió Cospedal. Las líneas rojas son la Educación, la Sanidad y los servicios sociales, el mantra con el que el PP contesta a la campaña socialista dirigida a caricaturizarles como el partido de los recortes. «Hay que prescindir de lo que sea prescindible. Y lo importante que se tenga que posponer, se pospondrá», según la presidenta de Castilla-La Mancha. En el mismo sentido se pronunció la portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, moderadora de una de las mesas de debate. Sáenz de Santamaría criticó que el Gobierno se haya desentendido de la prórroga de los Presupuestos de 2011 mientras que malvende la Lotería, «una fuente de ingresos fijos para el Estado».

En el terreno más programático, el PP dedica su cónclave de este fin de semana a la reforma de la Administración Pública para hacerla «más austera y eficiente». La nota de ayer fue que el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, se colocó a la cabeza del proyecto de Rajoy para reordenar el mapa competencial del modelo autonómico a fin de eliminar duplicidades y ahorrar así recursos. El debate no bajó a concretar oficialmente el listado de competencias que deberían revisarse, más allá de ejemplos puntuales en vivienda, urbanismo, educación…, o la eliminación de organismos creados por el PSOE como la Sociedad Pública del alquiler.
Gallardón defendió que la revisión del sistema de competencias entra dentro de la esfera de decisión del legislador ordinario, por lo que no requiere de una reforma de la Constitución; y reivindicó un gran pacto que atribuya la gestión de cada uno de los servicios a la entidad que ofrezca más garantías. «No va a haber una pelea por más poder político. Los ayuntamientos no queremos más competencias sino financiación para las que tenemos encomendadas».