Berlín

Doña Letizia proclama la independencia

Los Príncipes celebran hoy el sexto aniversario de su boda mientras la agenda de Doña Letizia se intensifica. En marzo realizó su primer viaje oficial en solitario y esta semana Don Felipe y ella han sustituido en varios actos al Rey, que ultima su recuperación. 

Don Felipe y Doña Letizia, el pasado lunes durante la recepción en el Palacio Real a los jefes de Estado y de Gobierno participantes en la VI Cumbre UE-América Latina
Don Felipe y Doña Letizia, el pasado lunes durante la recepción en el Palacio Real a los jefes de Estado y de Gobierno participantes en la VI Cumbre UE-América Latinalarazon

La cena de gala ofrecida en el Palacio Real con motivo de la Cumbre UE-América Latina y el Caribe a 16 jefes de Estado y 14 jefes de Gobierno estuvo presidida por Don Felipe y Doña Letizia. No fue un acto más. Era la primera vez que el Príncipe de Asturias sustituía al Rey, aún convaleciente de la reciente operación de pulmón que ha sufrido. Esta semana, el heredero a la Corona también se sentó en el palco que durante 30 años ha ocupado su padre para entregar el trofeo de la final de la Copa del Rey de Fútbol entre el Sevilla y el Atlético de Madrid. La agenda de Don Felipe y Doña Letizia se intensifica justo cuando celebran hoy mismo el sexto aniversario de su boda en la Catedral de La Almudena de Madrid. Ante lo ocurrido esta semana, ¿está preparada la Princesa para asumir el papel de consorte del futuro Felipe VI? «Sí lo está», afirma con decisión el especialista en temas de la Casa Real Andrés Merino Thomas: «Ha acompañado a Su Alteza durante seis años y su aportación a la Familia Real ha sido total. Ella ha experimentado una transformación y ha contribuido en la del heredero», prosigue. Una clara evoluciónCon Doña Letizia, según palabras de Merino, la Corona ha ganado en popularidad, sobre todo desde que en 2006 dispusiera de su propia agenda, centrada en asuntos relacionados con la infancia, la educación y la juventud. Su primer acto oficial fue la visita a un colegio de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón: «Su presencia en diferentes citas ha sufrido una clara evolución, ya que, al principio, era lógico que sólo participara en audiencias y actos en compañía de Don Felipe». Sin embargo, este año ha asistido a 42 actividades en solitario: «Cada una de estas apariciones han sido muy estudiadas, ya que está claro que en la Casa de Su Majestad el Rey nada es casual». De ahí que otra fecha importante marcada fuera el pasado 1 de marzo, ya que realizó su primer viaje en solitario al extranjero. Maternidad ensalzadaEl destino fue Berlín, donde fue la invitada de honor a la ceremonia de entrega de un galardón de investigación sobre enfermedades raras. «La Princesa sigue el modelo de la Reina en su papel institucional, que desarrolla con éxito». En ella ha encontrado su espejo: «Al igual que Doña Sofía, ella también desempeña causas sociales y busca, a través de su personalidad, su aportación en esta sociedad», señala Gloria Campos. La directora general de la Escuela de Protocolo de Madrid ensalza, asimismo, la maternidad, fundamental en todas las monarquías, pero también la labor que desempeña tanto en compañía del Príncipe como en solitario: «Se desenvuelve con una gran seguridad, sobre todo porque antes tenía algo que demostrar, hacer ver que ser princesa no es ningún cuento de hadas. Ahora la veo más tranquila, porque eso le importa menos», sentencia. La imagen de madraza de Doña Letizia le ha beneficiado sobremanera –el 31 de octubre de 2005 nació en Madrid la primogénita, la Infanta Leonor de Borbón y Ortiz, y dos años más tarde, el 29 de abril de 2007, lo hacía la Infanta Sofía y siempre que los viajes y actos oficiales se lo permiten es ella quien acude a recoger a las niñas al colegio Santa María de los Rosales.Así, Doña Letizia pisa fuerte en su camino hacia su independencia dentro de su papel institucional. A pesar de que en Polonia improvisó su primer discurso en solitario dejando a la audiencia boquiabierta, en palabras de Andrés Merino «aún tiene grandes retos por delante. Entre ellos, encontrar el equilibrio, su posición exacta dentro de la Familia Real y su imagen personal (estilo, corte de pelo, amistades...). En cuanto al modo de vestir, «lo que pide el protocolo es saber adaptarse a cada circunstancia y ella lo hace», indica Campos. Para que pasen desapercibidos los treinta centímetros que la distancian deDon Felipe, hace uso de unas plataformas de hasta 15 centímetros. Y eso que Doña Letizia mide 1,68, pero, según las normas de protocolo, sus «Letizios» deben tener un tacón mínimo de ocho, altura a la que ya está más que acostumbrada, ya que durante la jura de bandera de los nuevos integrantes de la Guardia Real, que presidió en solitario, se le partió un tacón de sus Magrit y no perdió el equilibrio ni un segundo.Habituada a observar sus movimientos, Campos observa que la Princesa de Asturias «se ha visto encorsetada por un protocolo diplomático, pero ya ha creado su estilo y aporta novedades en este terreno. De ahí que se encuentre más sosegada, ya que no emplea un protocolo boato y de corte, añejo y fuera de lugar en este siglo XXI, sino como una herramienta de acercamiento a la sociedad». Así lo demostró el pasado día 4 durante la entrega del Garbanzo de Plata en el restaurante Torres Bermejas de la capital, castiza cita en la que pronunció unas palabras cercanas, familiares y hasta llegó a bromear al afirmar que el hecho de ser «la única» de la Familia Real que no poseía la distinción provocaba «piques» entre ellos.«Looks» poco recargadosLos asuntos relacionados con la política de comunicación, con el fin de que sea acertada, es, para Andrés Merino Thomas, otro de los grandes asuntos por resolver. Doña Letizia estudia cada uno de sus movimientos y «bebe» cada línea que los medios escriben sobre ella o sobre cualquier miembro de la Familia Real. Su estilo e imagen se convierten casi en debate nacional (sus «looks», peinados, su operación de nariz, los brackets...) Tanto que, sin duda, es la mejor embajadora de la moda española. Según Ton Pernas, la esposa del Príncipe se encuentra en un lento, pero seguro, proceso de búsqueda de su propio estilo, que, señala, «es comedido pero con criterio. Me gustaría que se soltase un poco, ya que tiene personalidad. Le gustan los "looks"poco recargados de colores muy sobrios y engamados –excepto el rojo, tono que adora para los vestidos de gala–, como el beige, el camel y los azules. Durante sus actos en solitario, creo que se siente más cómoda con el traje pantalón o, incluso, éste con chaquetas, ya que le hace más cercana y sencilla». Y prosigue el director creativo de la firma Neoproyecto: «El cabello con un recogido sencillo y un maquillaje muy limpio le favorecen». La imagen de Doña Letizia se estudia con lupa en su papel que cumple con seguridad, naturalidad y eficacia.