Presentación
«No hay signos violencia y sólo 3 personas podían acceder a sala»
El deán de la catedral de Santiago, José María Díaz, aseguró hoy que las cerraduras y puertas de la estancia donde estaba el Códice Calixtino, sustraído del templo, no presentan signos de violencia ni de haber sido forzadas, y afirmó que sólo él y otros dos personas tenían acceso a esa sala.
El deán, también ostenta el cargo de Archivero Mayor, compareció a primera hora de esta tarde en rueda de prensa para ofrecer algunos detalles a raíz de la desaparición del Códice Calixtino, también llamado Liber Sancti Iacobi, considerado la primera guía del Camino de Santiago y de incalculable valor histórico.
Díaz afirmó que en la caja de seguridad se encontraban varios documentos de gran valor propiedad de la Catedral compostelana, como los Tumbos de Compostela, con las copias de privilegios de la diócesis de Santiago, o el denominado Breviario de Miranda, pero que sólo se echó en falta el Códice Calixtino.
"El que se lo llevó sabía de qué se trataba, sabía del incalculable valor, y sabía cómo llegar a él, y si no, lo averiguó para poder llegar", indicó. El deán no quiso entrar en detalles a la hora de hablar de las medidas de seguridad, pero dijo que "hay controles en todos los ángulos del claustro, de forma que queda fotografiada cualquier persona que pueda entrar". "Todo el Cabildo se siente víctima de un gran atentado y de una tremenda ilegalidad", añadió, e indicó: "si sospecho de alguien, no lo digo". "Hay que ponerse en lo peor deseando lo mejor", sostuvo.
A preguntas de los periodistas también explicó que la Catedral posee una póliza de seguro pero no así el Códice Calixtino en particular. Al dar cuenta de cómo se desarrollaron los hechos, el deán explicó que fue el pasado martes 5 de julio cuando uno de sus colaboradores, el medievalista José Sánchez, echó en falta el Códice Calixtino en el momento de cerrar el Archivo.
Continuó detallando que fue él mismo junto a otros cuatro empleados del Archivo los encargados de buscarlo en la sala y en estancias contiguas y que, al no encontrarlo, se informó a la policía de la desaparición. El deán de la catedral dijo que las competencias en materia de seguridad en torno al Archivo de la catedral son del Cabildo, y precisó: "el canónigo archivero soy yo, y la responsabilidad me corresponde a mí".
Agregó que no recuerda cuando fue la última vez que vio en su sitio el Códice Calixtino, "quizás hace un mes", señaló, si bien precisó que uno de sus colaboradores "está seguro de haberlo visto el jueves o viernes de la semana pasada, y en su sitio". "Cuando se enseña, es en el mismo salón principal del Archivo, y siempre con un servidor delante", dijo José María Díaz, quien aseguró que el Códice Calixtino nunca sale de la cámara de seguridad sino que los investigadores consultan un facsímil o imágenes digitalizadas.
El deán indicó que "como norma"el Liber Sancti Iacobi no se sacaba nunca fuera del Archivo catedralicio y que las dos últimas veces que se expuso fuera fue en los años 1975 y 1993 con motivo de sendas exposiciones.
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