El partido de Berlusconi llama a manifestarse contra los jueces

Los supuestos delitos cometidos por el primer ministro debido a los excesos de su vida privada se han convertido en el único tema de debate político y en la prioridad del Ejecutivo. Berlusconi ha abandonado la tarea para la que fue elegido por los italianos, gobernar, y ya sólo se dedica a defenderse atacando a los jueces y considerándose víctima de una persecución.

La estrategia de contraataque de «Il Cavaliere» es palpable en todos los campos. En los últimos días el epicentro de la confrontación callejera está situado frente al Tribunal de Milán. Allí se congregaron ayer alrededor de un centenar de sus seguidores para defender su inocencia y recitar el mantra que su líder lleva repitiendo desde hace semanas sobre la supuesta «República judicial» en que se habría convertido Italia. Para dejar claro que aquello no era ninguna concentración espontánea, se dejó ver entre los manifestantes Daniela Santanche, subsecretaria de Gobierno con responsabilidad de vigilar el programa, una responsabilidad que nadie, ni siquiera ella, parece tener muy claro en qué consiste. Con la fe del converso, esta mujer que en las últimas elecciones pedía a las italianas que no votaran a Berlusconi porque «sólo nos ve en horizontal», decía ayer que el mandatario «es víctima de una persecución judicial».

A los seguidores del magnate congregados frente al Tribunal de Milán le respondieron un grupo de ciudadanos hartos de su jefe de Gobierno y de cómo está manchando la imagen de Italia. Se trata de un aperitivo de lo que sucederá hoy y mañana, en los que hay convocadas manifestaciones contra «Il Cavaliere» por todo el país. Será muy significativa la de mañana, en la que las protagonistas serán las mujeres que afirman sentirse «asqueadas» por la bulimia sexual que parece padecer Berlusconi. Más de 50.000 italianas ya han firmado un manifiesto en el que se denuncia cómo en los medios y la sociedad italiana está calando una imagen femenina distorsionada.

Para contrarrestar estas protestas, el primer ministro ha desplegado una campaña mediática. Últimamente ha optado por colgar vídeo mensajes en Internet: ya lleva tres en las últimas semanas. También se prodiga en llamadas telefónicas inesperadas a programas de televisión y a conceder entrevistas a diarios afines.