Baby Sands

Baby Sands merece vivir en San Telmo porque se ha pasado tropecientos años diciéndoles a los andaluces la verdad, a saber, que él es tan socialista como cualquiera del PSOE. Pero quizá por eso ha perdido siempre las elecciones, porque la gente suele preferir el original a la copia. Ahora las cosas pueden cambiar y los andaluces le pueden votar por fin, tras un ataque de pena, pero Baby no debería ser tan explícito como lo fue al confesar algo que también es verdad, a saber, que él es tan socialista que está dispuesto a gobernar con el PSOE y a ponerse de acuerdo en todo lo importante con la izquierda antiliberal. El peligro que tiene esta gran verdad es que la similitud fundamental entre los partidos políticos puede desanimar a muchos votantes, y de ahí que le hayan dicho a Baby Sands que calladito está más guapo. Y más guapo estuvo Barbie atreviéndose a rechazar la subida de impuestos y ganándose la portada de «El País» con este delicioso titular: «Rajoy rechaza el impuesto a la banca que defiende la UE». Magnífico: como la UE defiende recortar aún más la libertad, el que se oponga es malo. Lo que sí fue malo de Barbie fue lo de rebajar especialmente el IVA sólo para el turismo y lo de limitar el déficit y la deuda pública en la Constitución, ingenuidad de raíz «Public Choice» incapaz de reconocer que el Estado no se limita a sí mismo. Replicará usted: Barbie es mejor que Smiley. Cierto. Pero mejor que Smiley es cualquiera.