España
Pirlo se sale con la suya a los 33 años
Madrid- «Pirlo», «Pirlo», «Pirlo»... El nombre del centrocampista italiano resuena en la cabeza de todos los internacionales españoles y, por extensión, de toda España. «Es único», le define Sergio Ramos, con el que comparte el honor de haber tirado un penalti histórico al estilo Panenka en esta Eurocopa. «Vi a Hart [el portero inglés] muy motivado», dijo el «21» de la «Azzurra» con la misma tranquilidad con la que juega. Y quiso calmarle con un lanzamiento suave que supuso el comienzo de la clasificación de Italia para semifinales.
La nueva Italia de Prandelli ha roto con la tradicional y gira alrededor del balón. Algo por lo que siempre peleó Pirlo por su forma de jugar. En cierto sentido era un extraño en un equipo que logró proclamarse campeón del mundo en 2006. Cannavaro fue elegido el mejor futbolista de ese torneo. Pirlo está siendo el italiano más destacado de éste (ahí está la diferencia) y ya acumula tres premios de «MVP» del partido. Tres, de cinco jugados, no es mala media. A sus 33 años ha jugado todos los minutos de la Eurocopa, y se le nota fresco. Ahora, diez años después de su estreno como internacional, ha terminado saliéndose con la suya y su selección juega al estilo que él siempre ha defendido. La cabeza importa tanto como las piernas, y la suya va a toda velocidad para ver los espacios un segundo antes que nadie, algo que sólo hacen los elegidos, entre los que también está Xavi, o Guardiola, con el que han coincidido. Pirlo, en el Brescia y Xavi, como jugador del Barça y después como entrenador.
«Si desactivamos a Pirlo tenemos muchas posibilidades», analiza Cesc. Eso lo sabe todo el mundo, el problema es cómo, y Del Bosque no ha parado de darle vueltas. Ya lo hizo para el primer partido de ambos equipos y sólo lo logró a medias. Pirlo se escapó de la vigilancia de Xabi Alonso y Busquets y logró filtrar un pase que Di Natale convirtió en gol. El único que Casillas ha encajado en la Eurocopa. En Ucrania y Polonia se ha desatado la locura por Pirlo, pero lo suyo viene de lejos. Es un hombre obsesionado con la técnica, y se quedaba después de cada entrenamiento para mejorarla, pero no cuajaba en el fútbol italiano. Lo hizo en el Milan, con el que lo ganó todo, y el año pasado se fue a la Juve para conquistar la Liga italiana. Incluso le señalan para el Balón de Oro. «Mientras existan Messi y Cristiano, será casi imposible», asume él. No le hace falta un premio para reivindicarse. No hay mayor galardón que el miedo y el respeto que le tiene la campeona del mundo.
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