Sevilla

El Partido Socialista no sabe como renovarse (y V)

La Razón
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Como ya dije en una Cresta del Gallo anterior, la elección del cargo para la secretaría general del PSOE se iba a dirimir entre los territorios y las empatías, entre el aparato y sus respectivas baronías y los mensajes de renovación que todos pedían a la mañana siguiente de las elecciones del 20-N, tras el monumental batacazo del proyecto representado por Rubalcaba y del que tampoco la catalana Carme Chacón quedaba incólume, pues con sus cargos al frente de varios ministerios y su corresponsabilidad en la derrota electoral de los socialistas catalanes pasaba a engrosar esa larga lista de elefantes camino del cementerio. Pero su brío a favor de abrir las puertas de la casa para que entrara aire fresco y las propuestas de poner el partido al servicio del debate de las ideas le granjearon no pocas simpatías que la ex ministra de Defensa interpretó como un espaldarazo a su candidatura. Y ese ha sido su más grave error, aunque tuviese a su marido de lado, pues es en el debate de las ideas donde el PSOE ha vuelto a fracasar estrepitosamente. Ayer se eligieron a los casi mil delegados que asistirán al 38 congreso del PSOE de Sevilla y de donde saldrá el ganador de este nuevo choque entre Chacón y Rubalcaba, que ya rivalizaron por la cabeza de cartel el pasado verano y que se saldó a favor del segundo al disponer del apoyo de los barones territoriales. El resultado era el de esperar, es decir, Rubalcaba, zorro viejo del aparato y conocedor de sus secretos más profundos, arrasó en prácticamente toda España, mientras que Chacón lo hacía sólo en diez provincias. Un mal resultado donde los haya que hacen pensar que la estrategia del cántabro le dará la secretaría general. Rubalcaba ha ido atando baronías (personas e influencias), con territorios y el resultado es apabullante y se ha sobrepuesto a los mensajes facilotes, bien envueltos y perfumados de la aspirante de l'Hospitalet. Lo veremos dentro de dos semanas. Chacón, por su parte, ha fallado en lo principal, es decir, el tirón del mensaje que es lo que pedía los militantes. Un error que ahondará aún más si cabe en la profunda ruptura de los socialistas, aún descompuestos por la derrota del 20-N. En Murcia, más de lo mismo: aparato frente a ilusión y buenas intenciones, algo que cada vez menos se lleva en el interior de los partidos y, aún menos, si el partido se llama Socialista, Obrero y Español.