Elecciones generales
ANÁLISIS: Los de 18 y 64 unidos por el PP por Lorente Ferrer
Los socialistas han visto cómo el 45% de sus votantes de 2008 les ha abandonado. El 19% ha optado por la abstención: estamos hablando de aproximadamente 2.100.000 votantes. Al igual que en 2000, la abstención de cientos de miles de votantes del PSOE ha sido clave para dar paso a la alternancia. Otro 10% ha migrado al PP, lo que equivale a una masa de 1.073.000 electores. IU ha sido el tercer beneficiario de la desbandada: recibe el 8% de los anteriores votantes socialistas, lo que supone una inyección de 870.000 votos. UPyD es la cuarta opción elegida por los ex votantes socialistas. El 6% va al partido de Rosa Díez, es decir, unos 680.000 electores. El restante 2%, unos 210.000 votantes, se ha repartido en otras candidaturas, según cálculos elaborados con el cruce de datos de la encuesta de NC Report del día 14 y resultados provisionales. Así las cosas, el PSOE se quedó el 20-N con tan sólo el 55% de los efectivos que le habían votando en 2008. Si descontamos ese 8% de votantes prestados por IU que vuelven a casa, el resto de fugas del PSOE han tenido como principales destinatarios opciones situadas a su derecha: UPyD y PP. Este dato es revelador, pues confirma que se ha hecho una campaña electoral totalmente equivocada. El giro izquierdista de la misma ha hecho que millones de votantes socialistas se hayan refugiado en estas dos candidaturas o hayan optado por la abstención para asegurar la victoria de los populares. El electorado del PSOE ha demostrado con este comportamiento que esperaba un liderazgo fuerte y un programa eficaz para salir de la crisis que no ha encontrado entre sus actuales dirigentes. Los ciudadanos saben que la salida de la crisis entrañará sacrificios.
En cuanto a los populares, conservan el 90% de sus votantes de 2008. Sus pérdidas se reparten entre el 6% que opta por la abstención, el 1% que se marcha a UPyD y el 3% que se divide entre el PSOE y otros partidos.
En cuanto a la edad de los votantes, el PP también se ha impuesto al PSOE como opción preferida tanto por los mayores de 64 años como entre los nuevos votantes. El 36,7% de los españoles mayores de 64 años optó por votar al PP, mientras que el 24,3% se decidió por el PSOE y el 10,1% restante lo hizo por otras alternativas: el 1,4% votó en blanco y el 27,5% se abstuvo.
Descartando la abstención, el 50,6% de los ciudadanos de más de 64 años votaron al PP, mientras que el PSOE recibió el voto del 33,6% de este colectivo. El resto de partidos sumó el 13,9% de estos votantes.
Entre los electores que se estrenaron en las urnas, la historia se repite. El PP ha sido el destino principal del voto de los nuevos electores: el 36,7% de los mismos. Le sigue el PSOE, que recibió el 18,4%. IU, por su parte, captó el 9,3% de los electores noveles, mientras que el 18,0% se reparte entre las demás candidaturas. Por último, los que optaron por el voto en blanco representan el 17,6 por ciento.
Echando la vista atrás, en los últimos 34 años podemos definir cinco grandes períodos políticos. El primero arranca en junio de 1977 con las primeras elecciones generales y finaliza en octubre de 1982. Se culmina el proceso de la transición con la huella de Adolfo Suárez. La primacía en las urnas es del centro-derecha.
La segunda etapa arranca en octubre de 1982 y se cierra con la victoria del refundado PP en marzo de 1996. Son más de 13 años de dominio electoral del PSOE liderado por Felipe González en donde se consolida la democracia, se emprende la modernización económica y social, se alcanza la universalización de la sanidad y la educación y se culmina nuestra integración en la OTAN y la UE.
La tercera fase la protagoniza José María Aznar, quien se autoimpone un mandato limitado a dos legislaturas. En 2004 ya no será candidato. En estos años de milagro económico y cercanos al pleno empleo, España se postula como miembro del G7.
El cuarto período corresponde a los últimos ocho años con un PSOE liderado por Zapatero que no termina su segundo mandato. Pasamos de aspirar al G7 a ser meros invitados del G20. Es la consecuencia de nuestra pintoresca diplomacia y de la falta de transformaciones económicas y sociales en plena globalización, que unidos a la crisis nos lleva a superar el 20% de paro.
La quinta época arranca con el 20-N y la abstención de dos millones de electores socialistas, que debe ser interpretada como una actitud activa que favorece el cambio, pues son conscientes de que privando de sus votos al PSOE facilitarán la victoria del PP. Otros tres millones de sus votantes han dado un paso más y han cambiado de opción, principalmente PP, UPyD e IU, dejando al PSOE con solo el 55% de sus efectivos de hace menos de cuatro años.
Lorente Ferrer
Sociólogo
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