Europa

Atenas

Crisis suicida por Martín Prieto

Son los invisibles, de los que nadie habla, pero que han decidido cortar con todo, marcharse de aquí ya que la situación económica les ha situado en un callejón sin salida. El drama de los suicidios es la realidad de la crisis 

LA NUEVA BATALLA DE LOS «INDIGNADOS». cada día hay 171 desahucios en España y Rubalcaba da pellizcos de monja a los banqueros como si fuera lo que es: peronista congénito
LA NUEVA BATALLA DE LOS «INDIGNADOS». cada día hay 171 desahucios en España y Rubalcaba da pellizcos de monja a los banqueros como si fuera lo que es: peronista congénitolarazon

Una madre y un hijo, ambos en paro de larga duración y sin subsidios, esperan el lanzamiento de su piso de alquiler al no poder pagar la renta. Poderosa palabra «lanzamiento», superior a desahucio, que pincela el caos personal de los que son lanzados a la expulsión social.

El hijo advierte a la madre: «Ya no tenemos qué comer».
Madre: «Coge el loro y fríelo».
Hijo: «¡Pero si no tenemos aceite!».
Madre: «Pues ponlo hervido».
Hijo: «Nos han cortado el agua».
Madre: «Mételo en el horno».
Hijo: «Tampoco tenemos gas».
Madre: «¡¡¡Electrocútalo!!!»
Hijo: «Pero si también nos han cortado la luz».

El loro, angustiado, mira al cielo y carraspea: «Alabado sea Dios. ¡Seguiré votando PSOE!».
La crisis que afecta a Europa es la más grave desde la guerra mundial porque es inevitable que destruya el porvenir de un par de generaciones, especialmente en Grecia, Portugal y España. Entre los helenos, lo más nuevo y conservado que va a quedar será la Acrópolis de Atenas, y las autoridades sanitarias están escrutando el sospechoso aumento del índice de suicidios. Cinco millones de parados en España constituyen una cifra que resume estadísticamente el desastre, pero a ellos hay que sumar el millón y medio de hogares, familias de varios miembros, que carecen de ingreso alguno, público o privado, que no se sabe cómo subsisten salvo que estén en la economía sumergida o los comedores de Cáritas, y los cientos de miles que están siendo expulsados de sus casas hipotecadas o alquiladas y no tienen otra opción que la generosidad de los parientes o la tinaja de Diógenes. Desde comienzos de año se han producido 171 desahucios cada día. El procurador de los Tribunales, Jordi Navarro, lanzó a un hipotecado moroso que se dio un tiro en la cabeza ante él. Otro saltó por el balcón y otro se colgó en una farola de la calle. El cero absoluto es la pobreza extrema más desahucio.

Los «indignados» se han arrojado sobre esta presa de la que han hecho nueva bandera impidiendo momentáneamente algunos lanzamientos, y a ver quién les amonesta o disuade. P. Rubalcaba hace como el barón de Munchhausen, personaje de la literatura popular alemana dieciochesca, que habiendo caído en un profundo pozo se extrajo a sí mismo tirándose de los cabellos hacia arriba, y que dio nombre a la enfermedad neurológica del mentiroso compulsivo. En el caso del candidato sería izándose de las barbas para seguir dándole pellizcos de monja a los banqueros como si fuera lo que es: peronista congénito.
La Dirección General de Trafico está empeñada en que los accidentes vitales (1.730 muertos en 2010) sean un drama nacional, y lo es porque no hay muerte más banal. Las feministas y todos los políticamente correctos se espantan ante las 629 mujeres asesinadas por sus parejas en los últimos diez años, y debe ser así porque matar a una mujer es destruir el vaso sagrado de la vida, arruina el principio de que las mujeres y los niños primero, y acaba con la hombría de bien y el honor varonil. De lo que no se habla es de los 3.429 españoles que se suicidaron en 2009, y subiendo en los dos pasados años, la mayoría varones, un millar más que la carnicería del tráfico y a distancia sideral de la violencia sexista. Es nuestra principal causa de muerte externa, no biológica, y la Iglesia les entierra en sagrado porque han podido arrepentirse en un irrecuperable segundo o haber obrado bajo trastorno mental. El suicidio es tabú como el incesto y la antropofagia. Como en Grecia, ¿cuántos se están suicidando por un Gobierno-tapón que no abre perspectivas para seguir luchando? La crisis también es una familia mirando fijamente al loro pensando en comérselo crudo y con plumas.