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Fenómenos paranormales por Juan Antonio ORENGA

La Razón
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Después de la noche de los muertos vivientes, de brujas, de fantasmas, de hombres-lobo y de algún que otro bicho de difícil ubicación, en la ACB la quinta jornada ha deparado muchos acontecimientos poco menos que increíbles.
Nadie podía pensar que el Real Madrid, primer clasificado e invicto, cayera derrotado en la pista del Meridiano Alicante, del último y que no había ganado a nadie, y donde ya se hablaba de cadáveres en caso de derrota. El miedo debió de provocar una descarga de adrenalina en los locales. En el Madrid se salvaron Suárez, Llull, Rodríguez y Felipe. Los de siempre. Eché de menos a Garbajosa y me sobraron casi todos los demás.
Otro fenómeno inusual fue la derrota del Unicaja en Bilbao. No tanto por el cómo sino por el cuánto: 18 puntos. Dos palizas (el pasado jueves fue ante el Madrid en la Euroliga) en cuatro días son difíciles de digerir en un equipo entrenado por Aíto.
Donde ya han aparecido viejos fantasmas ha sido en el Ramiro de Maeztu. En Granada perdieron un partido que tenían en la mano. El Asefa Estudiantes se ve abocado a la última posición con cinco derrotas en cinco partidos. Este comienzo, como todo lo que puede venir a continuación, ya lo han vivido los colegiales. Lo sufrieron no hace mucho y da pánico tener que afrontar de nuevo una situación conocida.
En Barcelona y en Canarias, debió darse un conjuro paralizante. No es normal que un equipo gane en la ACB por 40 puntos como hizo el Barça al Menorca; no es normal que un equipo anote 16 puntos en dos cuartos y no es normal que sume sólo cuatro en el primer periodo, como hizo el Manresa en Canarias. Serán cosas de Halloween.