Francia
Merkel debe cumplir su palabra
La canciller alemana debe hacer honor a su palabra y cumplir los acuerdos a los que se llegó en el Consejo Europeo de junio, empezando por la creación y puesta en marcha en los próximos meses de un supervisor bancario único. No puede seguir mareando la perdiz ni distrayendo la atención con nuevas propuestas, como hizo en la reunión comunitaria de ayer. Los pactos se firman para ser cumplidos, no para burlarlos con excusas dilatorias. Angela Merkel corre el peligro, cada día más próximo, de quedar aislada en la UE, tal y como le advirtió ayer en el Bundestag el líder socialdemócrata alemán, Peer Steinbrück, pero también asume el riesgo grave de desestabilizar el euro y sembrar el pánico en los mercados. Su cerrazón ante los principales socios comunitarios (España, Francia e Italia) sólo puede traer pésimas consecuencias, pues nada hay más inflamable en la UE que las políticas frentistas. Es comprensible que la dirigente alemana esté preocupada por sus expectativas electorales, como apuntó ayer el presidente francés, pero las elecciones no serán hasta octubre de 2013 y no pueden ser excusa para retardar hasta entonces la puesta en macha de los mecanismos financieros e institucionales que garanticen la solvencia de la moneda única y que representan una ayuda vital para las economías en apuros. No es ningún secreto que la economía española necesita apoyo financiero, pero no a cualquier precio ni a cambio de sacrificios desmesurados. Mariano Rajoy ha actuado con temple y no se ha dejado arrastrar ni por cantos de sirena ni por apresuradas urgencias. España es un país sólido con una economía de fuerte potencial y no admite remiendos ni soluciones chapuceras. Lo que está en juego es mucho más que la revitalización del sistema bancario o el coste financiero de nuestra deuda soberana: es la viabilidad de la propia zona euro la que está en el alero, y no estará asegurada mientras España no supere sus principales escollos. Angela Merkel aseguró ayer en el Parlamento alemán que nuestro país necesita hacer más reformas estructurales y profundizar en la laboral. Es posible que tenga razón. Pero ese recordatorio, precisamente a las puertas del Consejo Europeo, es inoportuno y prepotente, pues ignora el potente programa de reformas que a través de 43 leyes desarrollará el Gobierno de Rajoy en los próximos seis meses. Se trata de un plan muy ambicioso que reactivará la economía, pero necesita del apoyo de la UE en puntos tan vitales como la recapitalización directa y con efectos retroactivos de la banca con problemas, así como el soporte del BCE a la deuda española en los mercados financieros. Merkel no puede pedir más sacrificios a cambio de nada sin caer en el desprestigio y sin arruinar sus innegables dotes de liderazgo en este crítico momento para Europa.
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