La hegemonía chavista llega a su fin

Los venezolanos tenían ayer la oportunidad de configurar un nuevo Parlamento que se ocupe de los problemas reales del país. Aunque, según las encuestas, todo apunta a que la Cámara Baja reflejará la enorme polarización que sufre Venezuela entre chavistas y opositores.

Por sinuosas carreteras, a pocos minutos del centro de Caracas, se llega a la zona central de la populosa «Parroquia 23 de Enero», un bastión histórico de la revolución bolivariana. Pero este barrio está en decadencia, convertido con el paso de los años en refugio de grupos armados dispuestos a tomar Caracas si su líder, Hugo Chávez, sufre algún revés.
En sus angostas calles la basura se amontona, se ven ratas del tamaño de gatos, pero también grandes camionetas y coches privados de lujo.

Chávez vota en chándal
En una casa de ladrillos desnudos, sin pintar pero con un gran póster de Chávez en la fachada, Marilia se enfunda su uniforme. Gorra roja, camisa roja, «y hasta ropa interior roja», bromea. Es una de las 3.000 mujeres que componen el último órgano encargado de velar por el régimen: «las Guardianas de la Revolución».

De camino al colegio electoral, Manuel Palacio Fajardo, Marilia sonríe victoriosa. «Les vamos a dar una paliza a los escuálidos». En el mismo colegio votaba el controvertido presidente venezolano que, a su llegada, ataviado con el chándal con los colores de la selección venezolana, se bajaba de un deportivo rojo y decía: «Aquí los pobres no votaban, yo era un adolescente de clase más pobre y me dieron un comprobante, pero no podíamos votar. Se robaban los votos. Eran años tormentosos. Ahora el pueblo habla». Tras la proclama, desafió a la oposición a que convocase otro referéndum revocatorio como el de 2009 en el que perdieron a su favor.

Con ésta, son trece las elecciones que se celebran desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1999, de las que sólo ha sido derrotado una vez, en 2007, pero que finalmente no tuvo efecto alguno, ya que las reformas más trascendentales que intentaba aprobar en esos comicios las logró llevar adelante por otras vías, por ejemplo la reelección indefinida de todos los cargos públicos.

A diferencia de las contiendas electorales anteriores, éstas han estado precedidas de una intensa campaña capitalizada por el líder bolivariano pese a que Consejo Electoral lo prohíbe. La necesidad del chavismo de conservar la aplastante mayoría y la urgencia de los segundos por recuperar los escaños perdidos ha provocado, de nuevo, una radicalización de los dos polos.

Para garantizar el futuro de su revolución, Chávez necesita repetir su suerte de 2005, cuando el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) logró la mayoría absoluta, después de que la oposición se retirara, por no reconocer la cita como unos comicios libres. Pero este año el panorama es muy distinto.

La oposición ha juntado sus fuerzas por primera vez en la Mesa de Unidad Democrática (MUD) para hacer un frente común a Hugo Chávez en el espacio Legislativo.

Algunos de los sondeos muestran un posible empate técnico, pero todo parece indicar que el PSUV continuará siendo mayoría y la MUD puede acaparar un tercio del Parlamento, lo que se traduciría en el fin de la libertad absoluta de la que ha gozado el presidente venezolano en estos cinco años para aprobar cuanta ley ha deseado.

El factor de la violencia
El elevado índice de violencia que sufre el país –por encima de México o Irak– obligó a las Fuerzas de Seguridad a extremar las medidas para evitar disturbios y confrontaciones entre los grupos de distinto signo. El jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada, Henry Rangel Silva, confirmó la detención temporal de varios individuos de Caracas. También se informó de la muerte de una mujer mientras hacía la cola para votar tras sufrir un desmayo.


Más de 500 denuncias de irregularidades
La organización civil Súmate recibió ayer un total de 569 denuncias de irregularidades en la jornada electoral. En el primer informe divulgado ayer, pocas horas antes del cierre de los colegios electorales, se revelaba que la mayoría de las denuncias (279) están referidas a hechos irregulares detectados durante el proceso de votación, como «problemas con las máquinas» y el incumplimiento con el procedimiento establecido por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Los electores también denunciaron un total de 102 incidencias registradas fuera de los centros de sufragio como «ventajismo y propaganda electoral» y «violencia e intimidación» por parte de grupos políticos, precisó Súmate, una ONG dedicada a velar por el respeto de los derechos de los votantes.