Argentina
El circo continúa
Francia volvió a entrenarse, pero Doménech piensa que algunos futbolistas pueden negarse a jugar ante Suráfrica / Zidane se desmarca del motín
La prensa francesa señalaba a Zidane como el Robespierre de la II Revolución Francesa, la que está viviendo la selección «bleu» en el Mundial de Suráfrica. Hablaron de que el ex madridista, el mejor futbolista en la historia del país, había incitado a algunos de los internacionales a que obligaran a Doménech a cambiar de sistema y a dejar fuera a algunos de los titulares. Le nombraban como uno de los líderes del motín que ha desembocado en la negativa a entrenarse de los jugadores tras la expulsión de Anelka. «Quienes me conocen saben que cuando era jugador jamás di mi opinión sobre quién tenía que jugar o no jugar. Hoy siento lo mismo. Nunca he tenido problemas con Doménech y le respeté como entrenador. Yo era el capitán, pero él estaba por encima de mí y respeté las reglas», dijo ayer «Zizou».Se desmarca de la situación, no sabe quién es «el chivato» (el vestuario busca al que filtró a la Prensa que Anelka mandó a «tomar por culo» y llamó «sucio hijo de puta» al seleccionador). «¿Lo sabes tú?», contestó a la periodista con tono elevado, nervioso. No sabe nada, pero... «Blanc (el próximo técnico) lo va a cambiar todo y eso lo aseguro yo», opinó Zidane, que también criticó la negativa de los «bleus» a entrenarse. Doménech, aparte de apoyar la sanción a Anelka, fue más contundente: «No entrenarse fue una aberración, una imbecilidad, una estupidez sin nombre. Intenté convencerlos de que no lo hicieran».«Hay una pequeña esperanza», insiste Zinedine. Francia debe ganar, incluso golear al anfitrión, Suráfrica, y esperar a lo que suceda en el Uruguay-México. Un empate entre estas dos dejaría fuera al equipo del gallo, al actual subcampeón. Un triunfo de Uruguay o de México y otro galo llevaría a contar goles para saber quién se mete en octavos. En contra del posible amaño está que México acabaría segunda y el cruce sería contra Argentina. «Si pasamos todo volverá a la normalidad», piensa Zidane. Ayer hubo una normalidad relativa en el equipo francés. Los jugadores volvieron a los entrenamientos, aunque la imagen era extraña: a un lado del campo, los futbolistas hacían carrera y tocaban el balón. En el otro estaban Doménech y sus ayudantes, ajenos a lo que sucedía. La polémica no tiene fin. «A lo mejor algún jugador se niega a jugar. No sé que equipo alinearé en estas condiciones», reconoció el seleccionador. Las consecuencias de los malos resultados no han sido sólo deportivas: varios patrocinadores han dado por terminadas sus campañas antes de tiempo.
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