España
«Las gafas no adaptadas dañan el ojo»
¿Cuándo empiezan los primeros signos de la presbicia?
La presbicia o vista cansada es una pérdida de elasticidad del cristalino del ojo. Los primeros signos comienzan entre los 40 y 45 años. El individuo empieza a notar pequeñas molestias al leer (por ejemplo, el etiquetado de los envases o la letra de los prospectos de los medicamentos, llegando a verlas borrosas) y al realizar tareas en visión próxima. También aparecen otros síntomas como dolor de cabeza, enrojecimiento ocular, picores, lagrimeo, incluso visión doble. A partir de los 45 y 50 años, el sujeto se ve obligado a ayudas ópticas pues es incapaz de leer en visión próxima (40 cm). Calcule que el 69 por ciento de los españoles está en esa situación a partir de los 45 años.
¿Existe una predisposición a sufrir de vista cansada?
Normalmente afecta a todo el mundo a partir de cierta edad. No se aprecia distinción entre raza o sexo, aunque lo notarán antes las personas que trabajen de cerca o tengan que realizar tareas de precisión en visión próxima.
¿Cómo se puede evitar o retrasar su aparición?
Al ser un problema relacionado con el envejecimiento ocular, tan natural como la aparición de las arrugas, es imposible evitarlo. Sin embargo, es recomendable someterse a exámenes visuales periódicos, sobre los 40 años y antes de que aparezca cualquier signo. Los ópticos-optometristas podrán recomendar al individuo pautas, ejercicios… que puedan mejorar la vista, en cierta medida.
¿La presbicia se puede considerar una patología del siglo XX por los hábitos laborales actuales?
La presbicia no es una enfermedad. Lo que está claro es que la fuerte demanda en visión próxima que tenemos ahora, (libros, ordenadores, todo tipo de pantallas, teléfonos, juegos electrónicos, tabletas digitales....) no la tenían ni siquiera a principios del s. XX. El 80 por ciento de la información que recibimos nos llega por los ojos.
¿Cómo evoluciona el grado de afectación de vista cansada?
Normalmente empieza entre los 40 y 45 años, y se establece en el siguiente lustro, momento a partir del cual se hace necesario el uso de ayudas ópticas; sigue evolucionando entre los 50 y 60-65 años para, en condiciones normales, estabilizarse a partir de esa edad. Esta estabilización se sitúa en torno a las 2,50 o 3,50 dioptrías, pues la graduación no sube indefinidamente. También a miopes, astígmatas e hipermétropes.
¿Existen componentes genéticos?
Normalmente no, como he dicho es una condición óptica debida al envejecimiento; si bien hay que tener claro que al poder estar asociada a otros problemas que sí tienen componentes genéticos, podría verse afectada.
¿Ya es seguro operarse sin que vuelva a desarrollarse la deficiencia ocular?
Hay diferentes técnicas quirúrgicas, con lo cual depende de la que se emplee. Por ejemplo, si al paciente se le extraen los cristalinos (como en una operación de cataratas) y le insertan unas lentes intraoculares multifocales, ya no existirá presbicia. Pero en otras técnicas quirúrgicas menos agresivas, al no extraer el cristalino y tener éste la posibilidad de seguir envejeciendo, la vista cansada podría seguir evolucionando.
½¿Existe un candidato ideal para operarse?
En principio no, aunque cuando una persona ha llegado a los 65 años y su presbicia ha evolucionado del todo, podría barajarse la posibilidad, aun no teniendo cataratas, de operarse cambiando sus cristalinos sanos por unas lentes intraoculares multifocales.
¿Usar cualquier tipo de gafas para poder ver no es en cierto modo contraproducente?
Por supuesto, ya que cada persona es un caso distinto. El mismo individuo puede tener una graduación diferente en cada uno de sus ojos; además, los centros visuales tampoco son idénticos en todas las personas, por ello, es indispensable que un óptico-optometrista efectúe un examen visual a ese sujeto y, según los resultados que haya obtenido, le prescribirá la solución óptica adecuada para las necesidades de esa persona. Pues una gafa no adaptada a un paciente puede desestabilizar todo el sistema óptico del ojo y no sólo afectar la evolución de la presbicia, sino también provocar desestabilizaciones en visión lejana.
¿Cada cuánto hay que revisarse la vista si se tiene presbicia?
Cada dos años como mucho, si no aparecen síntomas o molestias antes, o siempre que se considere oportuno. En cualquier caso, su óptico-optometrista de confianza será el que le paute cada cuánto tiempo es conveniente la revisión, dependiendo de cada caso. Una buena oportunidad para revisarla es la I Campaña Nacional de Diagnóstico de la Presbicia, promovida por el Consejo de Colegios de Ópticos-Optometristas y el Instituto Varilux, en la que participan, en toda España más de 3.500 establecimientos de óptica de forma gratuita hasta final de año.
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