Huelva

«Se ha perdido la oportunidad de dar a ETA el golpe de gracia»

«Lamento la decisión del Constitucional y alabo la extraordinaria labor de la Policía y la Guardia Civil, la Fiscalía, la Abogacía del Estado y el Supremo».

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Madrid– ¿En estas municipales, cree que su partido conseguirá superar los 4,43 puntos que le sacaron al PSOE en 1995?
–El PP va a tener un muy buen resultado en estas elecciones municipales y autonómicas. Vamos a revalidar la confianza que nos dieron los ciudadanos en todas las comunidades y ayuntamientos en los que gobernamos y vamos a ampliar nuestro poder político. Ahora bien, prefiero ser prudente y no especular sobre la distancia que le vamos a sacar al PSOE.

–¿Preparado para una campaña electoral bronca y sucia?
–Estoy preparado para que el PSOE me insulte continuamente y para que no tenga más argumento que el de la descalificación y la mentira. Pero yo sólo voy a hablar de lo que le interesa a la gente, de un país en el que se pueda trabajar, en el que se cree empleo y se puedan mantener las políticas sociales, en el que no haya que congelar las pensiones y al que se le respete en Europa.

–Y los socialistas le contestarán que sólo habla de la crisis y que no quiere que se arreglen las cosas para ganar las elecciones.
–En España hay casi cinco millones de parados, nuestra tasa de desempleo es el triple que la alemana, hay un 45 por ciento de jóvenes que quieren trabajar y no pueden, se han destruido muchos puestos de trabajo en pequeñas empresas, muchos trabajadores autónomos han cerrado sus negocios... Yo voy a hablar de esto, de los problemas de los ciudadanos.

–Si las urnas confirman el triunfo histórico que pronostican las encuestas, ¿la noche electoral pedirá que se disuelvan las Cortes y que se convoquen elecciones?
–Hace muchos meses que estoy convencido de que eso es lo que necesita España y por eso ya pedí elecciones en el último Debate del Estado de la Nación. Desde entonces hemos avanzado a pasos de gigante para justificar tal petición. Todo lo ocurrido desde entonces no ha hecho más que darnos la razón : hoy tenemos un presidente del Gobierno que cada día pierde más autoridad porque no va a repetir como candidato y un PSOE más preocupado en salvar el tipo –y por eso echa a Zapatero– que de resolver los problemas de los ciudadanos. Mi petición está ya planteada y tampoco voy a estar todo el día repitiéndola porque el Gobierno tiene mayoría suficiente para gobernar.

–Y quizás también porque la izquierda le contesta impenitentemente que por qué no presenta una moción de censura si quiere que el PSOE se marche.
–De acuerdo con lo establecido en la Constitución, quien presenta una moción necesita de la mayoría para poder gobernar. El PP no tiene esa mayoría, así que quedaría convertida en otro debate con su correspondiente votación, es decir, que a las 48 horas estaríamos igual. Quiero ser útil y no voy a abrir ningún proceso inútil.

–Al margen del rifirrafe político, ¿en la intimidad baraja de verdad la posibilidad de que el PSOE adelante las generales si le van mal los comicios del 22-M?
–No puedo hacer pronósticos sobre la voluntad de otros. A mí me gustaría que reflexionara y que se diera cuenta de que no tiene sentido prolongar la agonía.

–¿A quién prefiere como candidato del PSOE?
–No tengo ninguna capacidad de influencia en ese asunto, así que me da igual. A estas alturas de la vida lo único que me importa es que sé lo que tengo que hacer y que lo voy a hacer.

–Al menos confiese con quién cree que podría entenderse mejor en la próxima Legislatura.
–Sinceramente les digo que me da igual. Intentaré buscar acuerdos con el próximo líder del PSOE. Uno de los grandes errores de la etapa de gobierno de Rodríguez Zapatero ha sido la ruptura de los consensos de la Transición. Yo defiendo firmemente la Transición y me parece que es un modelo que debemos seguir copiando. Hay que recuperar consensos nacionales que el PSOE ha dejado morir y hay que volver a ajustarse al principio de que las reglas de juego deben ser producto del acuerdo.

–¿Usted se fiaría de los acuerdos a los que pudiese llegar con Rubalcaba como líder del PSOE?
–Hace tiempo que aprendí a no pronunciarme sobre hipótesis. Como les he dicho, haré lo posible por entenderme con el próximo líder del PSOE, sea quien sea.

–Rubalcaba ha utilizado gruesos descalificativos contra quienes sospechan que ha habido connivencias políticas y jurídicas en el fallo del TC sobre Bildu. ¿Usted tiene esa sospecha?
–Yo me guío por los hechos y les recordaría a los dirigentes socialistas que las descalificaciones más gruesas contra el Tribunal Constitucional se las hemos escuchado a sus compañeros del PSC a raíz de la sentencia del Estatut. Yo creo en el Estado de Derecho y en el funcionamiento de las instituciones. No me gusta nada la decisión del Constitucional, pero la respeto. En cuanto a la posición del PP, todo el mundo la conoce: mientras ETA no desaparezca, sus cómplices no pueden estar en las instituciones democráticas. Seguiremos defendiendo que la Ley de Partidos se cumpla en su letra y en su espíritu, porque estamos convencidos de que eso es lo que quiere la mayoría de españoles.

–¿Diría que ha habido presiones políticas?
–Si hubiera tenido constancia de ello, ya lo hubiera denunciado.

–¿Qué responsabilidad atribuye al Gobierno en el hecho de que la marca patrocinada por ETA-Batasuna, como usted ha dicho, esté en las elecciones?
–Creo que se ha evidenciado un hecho palmario que es la profunda división de las filas socialistas también en este asunto. El PSOE ahora mismo está en una situación de desfondamiento y ausencia total de liderazgo. Dicen una cosa y la contraria y eso acaba provocando confusión también en una cuestión tan decisiva como es ésta. Yo lamento que el PSOE no haya defendido y peleado con más vigor una Ley de Partidos Políticos que ha sido decisiva, entre otras cosas, para que Patxi López sea lendakari. Se ha perdido la oportunidad de dar a ETA lo que probablemente hubiera sido su golpe de gracia.

–¿Qué consecuencias se derivan de la decisión del TC?
–Ha habido un retroceso evidente en nuestra situación. ETA no ha desaparecido, puede volver a matar en cualquier momento y, además, consigue un altavoz en las instituciones pagado con dinero de los contribuyentes. Lamentablemente han conseguido su objetivo, a pesar de la acción política, del trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y del aval del Tribunal Supremo. También les digo que, a pesar de este retroceso, la derrota de ETA es algo absolutamente inexorable.

–¿Lo ocurrido ha aumentado sus dudas sobre si realmente puede que haya un nuevo proceso de negociación entre Gobierno y ETA en marcha, como sostiene Jaime Mayor?
–Jaime ha sido un extraordinario ministro de Interior y es un profundo conocedor de la situación política del País Vasco, y por eso siempre tengo en cuenta sus opiniones. Pero yo no puedo juzgar las intenciones ocultas de otros, sólo garantizar la lealtad de las mías. El PP mantiene una actitud de lealtad al Pacto Antiterrorista con el Gobierno y a la vez de exigencia en la aplicación del mismo. Insisto: lealtad y exigencia. He de decirles una cosa, lo mismo que lamento la decisión del Constitucional, alabo extraordinariamente la labor que han hecho la Policía y la Guardia Civil, la Fiscalía, la Abogacía del Estado y, por supuesto, el Supremo.

–¿Se arrepiente de no haber exigido la impugnación inicial de toda la coalición abertzale?
–Se trata de un debate técnico, pero la formula elegida fue avalada por el Tribunal Supremo.

-Si gana las generales, ¿primero pondrá a andar su plan económico o convocará antes al PSOE a una reunión en Moncloa?
- Yo tengo un plan claro y definido, pero también sé que la mejor manera de llevarlo a cabo es concitando un apoyo amplio. Yo tengo experiencia en firmar pactos autonómicos importantes. Recuerdo, por ejemplo, que estuvimos un año negociando en el Ministerio de Administraciones Públicas Alberto Ruiz Gallardón, Jorge Fernández y yo mismo. En el 96 también llegamos a acuerdos importantes sobre los estatutos con el PSOE. Y no fue tan difícil conseguirlo. El problema llega cuando una de las partes frivoliza con todo y siempre toma las decisiones pensando en cómo puede perjudicar a su adversario político en lugar de en cómo puede contribuir al interés general.

-¿Dará preferencia al PSOE en esa búsqueda del acuerdo o negociará por igual con todos los partidos?
-Lógicamente, en los grandes acuerdos de Estado buscaré y primaré el apoyo del otro partido nacional. …pero también quiero contar con apoyos muy amplios para llevar a cabo las reformas que España necesita en el futuro.

-¿Cómo están hoy en día sus relaciones con PNV y CiU?
-Son correctas. Los tres sabemos cuáles son las diferencias insalvables que nos separan, pero también es verdad que en esta Legislatura hemos coincidido bastantes veces en votaciones del Congreso sobre cuestiones económicas, ganándole incluso al PSOE. Yo me he visto con Urkullu en alguna ocasión y también con Duran i Lleida. Si hay que llegar a entendimientos, serán sobre lo que nos une y no sobre lo que nos separa.

-¿Qué le ha parecido que el PNV condicionase sus acuerdos políticos con el PSOE a la decisión del Tribunal Constitucional sobre Bildu?
-Todo el mundo se puede imaginar lo que pienso.

-¿Siente en estas elecciones el peso de verse ya como presidente del Gobierno de España?
-Treinta años en política te dan para vivir muchas cosas y para tener claro también otras tantas. Entre ellas, que solo seré presidente del Gobierno el día en el que los españoles así lo decidan por mayoría. Hasta entonces intentaré seguir haciendo méritos para ganarme su confianza.

-¿Qué cree que se encontrará debajo de las alfombras del Gobierno si llega a La Moncloa?
-Espero que nada. En cualquier caso, el pasado me importará más bien poco y lo que haré será mirar hacia el futuro.

-Siempre se habla de sus primeras medidas económicas, pero y políticas, ¿cuáles serán?
--Una de ellas será fijar claramente cuáles tienen que ser los ejes de nuestra política exterior. Tenemos que estar más en Europa, pero también tenemos que estar mucho más y mejor en Iberoamérica. Con voz propia y haciendo valer ese pasado, esa cultura, la lengua, las tradiciones y esos lazos humanos que compartimos. Otras dos medidas políticas prioritarias serán la reforma educativa y eliminar el exceso de regulación. Una anécdota que provoca el bochorno: el número de páginas de los boletines de las autonomías llegó el pasado año a las 800.000. Hay demasiados reglamentos, demasiados decretos y demasiadas leyes que no se cumplen.

-Por cerrar el capítulo de la política exterior, ¿hará alguna gira fuera antes de las elecciones generales para darse a conocer mejor como candidato a la Presidencia del Gobierno?
-Estoy preparando dos viajes a Iberoamérica, pero todavía no puede anticipar los países que visitaré porque no está cerrada la agenda.

-Citaba la educación como una de sus medidas prioritarias. ¿Prevé generalizar en toda España las pruebas de calidad para los cambios de ciclo?
–Sí, creemos que esa prueba de calidad garantiza unos niveles mínimos y comunes para el conjunto de los alumnos y de alguna manera cohesiona el conjunto del sistema. También hemos propuesto que no solo se evalúe a los alumnos sino a los centros. Es bueno que se sepa públicamente la calidad de los distintos centros educativos.

-¿Y cree que sería bueno implantar en todas las comunidades la idea de Esperanza Aguirre del bachillerato de la excelencia?
–Creo que defender la igualdad es ofrecer a cada cual la libertad de llegar hasta donde le lleve su esfuerzo y su valía. Madrid ya es un ejemplo por su programa de colegios bilingües y creo que su nueva iniciativa es un paso firme en defensa de la calidad de la enseñanza. Lo mismo que existen becas deben existir otro tipo de estímulos que fomente la igualdad de oportunidades y la excelencia.

-¿Qué hará en concreto para mejorar la calidad de la enseñanza?
- Lo que hicimos en su día y este gobierno laminó en 48 horas, un plan de calidad de la educación

--¿Hacen falta más becas?
–Las becas son una pieza fundamental del sistema educativo, son una garantía básica de la cohesión educativa. Nosotros proponemos que estén vinculadas a la renta, a la movilidad y , por supuesto, al rendimiento. Creemos que se deben promover sistemas de becas de postgrado y líneas blandas de financiación abiertas a los estudiantes con buen rendimiento.

--Zapatero y usted se han hecho sendas fondos con sus candidatas en el arranque de la campaña. ¿Podría decir qué hará si gobierna para mejorar la igualdad entre hombres y mujeres?
–Trabajaré para que la sociedad española vuelva a crear empleo de manera intensa, para hombres y para mujeres y para que nuestro sistema laboral sea mas flexible y permita conciliar mejor la vida laboral y familiar, para hombres y para mujeres. También soy consciente de que la igualdad no la concede el gobierno generosamente, ni es una cuestión de propaganda política, es un reto que las ganan las mujeres ganan con su actitud y su trabajo cada día

-¿Qué leyes del PSOE derogaría?
–Yo no vengo a hacer tabla rasa de nada, vengo a construir y a mirar al futuro. No vengo a hacer una revancha sino a buscar acuerdos de todos para que este país salga de la crisis.

-¿Qué haría con la Memoria Histórica?
–Dejar de hablar de ella, atender a las reclamaciones personales que pueda haber, como se ha venido haciendo desde el año 78 y mirar hacia el futuro.

-¿Cree que hoy en otro Congreso Nacional del PP, y por estatutos debería convocar uno antes de las generales, superaría el porcentaje de apoyo que recibió en el complicado cónclave de Valencia de 2008?
--En 2008 presenté mi candidatura porque habíamos mejorado los resultados electorales, tenía ganas de seguir y la mayoría de los dirigentes del partido me pidieron que no me marchara. Me apoyaron un 84 por ciento de los compromisarios y desde entonces las cosas han ido mejorando poco a poco. Yo creo que hoy, de haber congreso, sí recibiría un apoyo mayor. En cualquier caso, lo que más ánimo me da es el porcentaje de fidelidad de voto que tiene el PP. La de los socialistas apenas llega al 50 por ciento y la del PP está casi en el 90 por ciento.


Un tiempo para «escuchar»
- Rajoy no quiere una agenda tan constreñida que no le deje tiempo en cada acto para palpar la realidad del terreno que pisa, para hablar y para saludar a los militantes o cargos del partido que se le acercan. Y a esa norma se ha ajustado su gabinete en la planificación de su caravana. El líder del PP es una persona que escucha mucho y habla poco, y una tumba con las confidencias que le hacen. Esa misma reserva exige a sus colaboradores.


El detalle de un día en la campaña del líder de la oposición
15:00
Rajoy llega con su maleta en la mano al AVE que le llevó a Sevilla para participar en la pegada de carteles. Al fondo, Valle Ordóñez, miembro de su equipo de confianza.
16:30
Después de «picar» algo en el AVE – venía de participar en un acto electoral con las candidatas del PP en Madrid–, más trabajo. Ultima el mitin que dará en Huelva con Javier Arenas.
18:00
Rajoy reflexiona en la intimidad de su habitación en un hotel sevillano sin soltar su iPad. Escaso cuarto de hora a solas antes de reincorporarse al ajetreo electoral.
18:30
Un corto descanso con sus colaboradores antes de ponerse de nuevo en carretera para hacerse los casi cien kilómetros que separan a Sevilla de Huelva.
19:30
Con Javier Arenas, presidente del PP andaluz, trabajando en el coche. Después del mitin pararon a cenar en Casa Pazos, en Sanlúcar la Mayor.



Mañana, la segunda entrega de la entrevista a Mariano Rajoy: «La situación económica»