El Barça sólo por la escuadra

Pasó ante el Viktoria, ante el Sevilla y ayer ante un Granada que, ni siquiera con nueve, sufrió la tradicional furia goleadora del Barça actual y sólo cayó por un golazo de Xavi por la escuadra.
El vídeo del encuentro del pasado sábado en el Camp Nou había sido bien estudiado por Fabri, que casi calcó el planteamiento del Sevilla. El técnico granadino formó con dos líneas paralelas de cuatro jugadores, intentando reducir los espacios y los pasillos interiores al máximo. La intención, como la de Marcelino, era que los centrocampistas del Barcelona se encontrarán incómodos y no pudieran asociarse con sus compañeros. Por contra, las bandas quedaron más descubiertas, dejando más libertad a los extremos y laterales azulgrana.

Guardiola volvió a demostrar que acertar sus onces es misión imposible. El técnico sorprendió a todo el mundo con la inclusión de Isaac Cuenca en lugar de Villa. El joven extremo de Reus es, seguramente, el jugador del filial que goza de más confianza por parte del técnico. Es rápido, valiente en el uno contra uno y desborda con facilidad. En apenas un cuarto de hora, mostró sus cualidades, con dos buenas jugadas individuales que acabaron en un disparo y un centro, peligrosos ambos.

El partido se convirtió en un monólogo del Barcelona desde el principio. Los argumentos del Granada se reducían al combativo Dani Benítez, que intentó buscar las cosquillas a Alves en cada jugada. Le arrancó una tarjeta amarilla en la primera parte, limitando su potencial defensivo, pero poco más. Las jugadas de los de Fabri acababan en el segundo o tercer pase, mientras los azulgrana mimaban el balón sin parar.

El trabajo defensivo del Granada obligó al Barça a buscar una solución poco habitual, como es la del disparo lejano. Si no encuentras líneas de pase, hay que mirar a portería. Messi, Xavi y Cuenca lo intentaron sin éxito. Hasta Abidal se atrevió a probar a Roberto, aunque ya dentro del área.

El portero granadino estuvo a punto de emular a Javi Varas, el héroe indiscutible del empate del Sevilla en el Camp Nou, con varias acciones de mérito. Pero nada pudo hacer ante una falta chutada magistralmente por Xavi Hernández, que se coló por la escuadra derecha de su portería. El jugador de Terrassa no se cansa de ofrecer argumentos a todos aquellos que le consideran el mejor centrocampista del planeta y el mejor jugador español de todos los tiempos.

Después de fallar un penalti decisivo en el descuento el sábado y acumular un par de partidos sin ver puerta, Messi tenía ayer la misión de callar a los críticos, que tampoco son muchos. El argentino encontró dificultades para desplegar todo su juego ante la telaraña de Fabri, pero se mostró de lo más participativo. Ya con el 0-1 en el marcador, la «Pulga» empezó a celebrar un gol antes de que la pelota entrara y se quedó con las ganas, porque Mainz la sacó justo cuando iba a atravesar la línea de gol en una acción muy meritoria.

La jugada del casi gol llegó poco después de la expulsión de Jaime, que, ya con amarilla, pegó una patada en la cara a Maxwell y se fue al vestuario antes de tiempo justamente. Sin crear apenas ocasiones, la sensación de peligro del Granada fue, curiosamente, mucho mayor cuando se quedó en inferioridad. Cesc, titular por primera vez desde la lesión, dejó su puesto a Iniesta en la recta final y el de Fuentealbilla recibió una monumental ovación de Los Cármenes. El Mundial no se ha olvidado. El Barça, en cambio, sí se ha olvidado de marcar goles.
 

Xavi, histórico y cansado
Xavi Hernández disputó ayer su partido 392 de Liga con el Barcelona, con lo que superó a Migueli, quien hasta el pasado sábado tenía el récord absoluto del club. El centrocampista, que también es el azulgrana con más partidos jugados de la historia (592), lo celebró con un golazo de falta que abrió el marcador. Antes del choque, Guardiola había dejado entrever que Xavi descansaría, ya que es el jugador de campo que más minutos acumula en sus piernas. Xavi repitió en el once titular una vez más y demostró que es una pieza clave en el esquema del técnico.