Europa

San Francisco

Fin de semana pro vida para los obispos de Francia y Estados Unidos

Por séptimo año consecutivo cerca de 20.000 personas de toda Europa recorrieron ayer las calles de París en la «Marcha por la Vida», una iniciativa promovida por 15 organizaciones antiabortistas que aboga por la defensa de los no nacidos y que se ha convertido en la reunión pro vida anual más grande del continente.

El Papa envió una carta a los organizadores de la «Marcha por la Vida» de París como muestra de apoyo
El Papa envió una carta a los organizadores de la «Marcha por la Vida» de París como muestra de apoyolarazon

Los manifestantes caminaron desde la plaza de la República hasta la plaza de la Ópera pidiendo la protección de la vida desde el momento de la concepción y solicitaron a las autoridades la abolición del aborto en todos los países de la Unión Europea. Un total de 25 obispos franceses se sumaron a la marcha, destacando la presencia del arzobispo de Lyon, cardenal Barbarain, y del obispo de Baiona, Marc Aillet.

«Saludo cordialmente a los valientes manifestantes que luchan por la vida y contribuyen a instaurar una nueva cultura de la vida», afirmó el Papa Benedicto XVI en una carta enviada a los organizadores del evento, sumándose de esa forma a la iniciativa. La marcha, de carácter aconfesional, también contó con la participación de líderes religiosos de diferentes religiones.

La ola de manifestaciones en favor de la vida no se detuvo en la capital gala. Este sábado, cuando se cumplían 38 años de la sentencia Roe V. Wade en la que el aborto quedó legalizado en Estados Unidos, 40.000 personas y diez obispos de la zona se sumaron a la «Marcha por la Vida de la Costa Oeste» que se celebró en la ciudad de San Francisco. Al grito de «las mujeres merecen algo mejor que el aborto» y con pancartas en defensa de la vida, los asistentes caminaron por el Embarcadero de la ciudad californiana. El momento más emotivo de la caminata fue cuando Abby Johnson, ex directora de una clínica de la ONG abortista Planned Parenthood, contó cómo se convirtió después de practicar un aborto a un feto de 13 semanas. «Ustedes son la nueva generación del movimiento pro vida y os puedo decir que los de Planned Parenthood están temblando», afirmó Abby .

En Amarillo (Texas) también hubo actos pro vida. El obispo de la diócesis, Patrick J. Zurek, junto con decenas de feligreses acudieron a rezar el rosario a una clínica abortista local. En Dallas, en cambio, los manifestantes expresaron su rechazo al aborto portando carritos de niño vacíos para simbolizar la ausencia de los que fueron abortados.

La última etapa de la caravana pro vida tendrá lugar hoy en Whashington, donde se espera una gran marcha por la vida, que en anteriores ediciones reunió a más de 100.000 personas.


La conversión de Abby Jonhson
Esta tejana de 30 años dirigía una clínica abortista cuando, al ser solicitada para ayudar en un aborto, quedó escandalizada al ver por la sonda la resistencia del feto de 13 semanas. «El bebé comenzó a patear, como si tratara de alejarse de la sonda invasora. La cánula le presionaba y el bebé luchaba para girar de inmediato. Parecía claro que podía sentir la cánula, y no le gustaba lo que estaba sintiendo», afirmó Abby. Hoy se prepara para entrar en la Iglesia católica.