Lisboa

Los nuevos peajes lusos reducen hasta un 46% el tráfico en las autopistas

Cuando está a punto de cumplirse un año desde que Portugal introdujo peajes en tres de sus autovías, los datos del primer semestre de 2011 reflejan una disminución de entre un 26 y un 46% del tráfico en esas vías. Pero la crisis ha llevado al Gobierno a ratificar la creación de más peajes y en octubre está prevista la conversión de otras cuatro autopistas en vías de pago.

Esta política, iniciada por el anterior Ejecutivo socialista y ampliada por el actual Gobierno, de signo conservador, ha suscitado una fuerte controversia en las zonas afectadas, especialmente en las fronteras con España, en las comunidades de Galicia y Andalucía.

Usuarios lusos y españoles, transportistas y empresarios del sector turístico se oponen frontalmente a la introducción de peajes en las llamadas "Scut"-acrónimo portugués de "sin coste para el usuario"-, que han convocado ya varias protestas en diferentes puntos del país para mostrar el rechazo a la medida.

Según los últimos datos divulgados por el Instituto de Infraestructuras Viarias (Inir) luso, el mayor impacto de la conversión en autopistas de pago se ha registrado en la de Costa Prata, que ha pasado de una media diaria de 38.463 vehículos en los seis primeros meses de 2010 a 20.693 entre enero y junio de 2011.

La caída ha sido similar en la vía Grande Porto (cercana a Oporto), por la que durante el primer semestre pasaron 22.049 vehículos al día de media, un 43 por ciento menos que un año antes.

Por su parte, la autopista Norte Literal (A28), que conecta con Galicia, perdió casi 9.000 vehículos diariamente hasta situarse en una media de 24.602, un 26 por ciento menos que entre enero y junio de 2010.

Este descenso, según cálculos de los medios portugueses, supondrá una disminución notable de los ingresos previstos por la compañía estatal "Carreteras de Portugal".

Desde el Gobierno luso, sin embargo, se mantiene la necesidad de aplicar los peajes debido al elevado nivel de deuda de esa empresa pública, que sin la conversión de las vías afectadas en autopistas de peaje podría aumentar en 10.000 millones de euros, hasta situarse en 30.000 millones de euros, en 2030.

Los planes del Ejecutivo pasan ahora por la introducción de peajes en la autovía A-22 (que atraviesa el Algarve y conecta con Andalucía), la A-23 (Alentejo), la A-24 (fronteriza con Galicia) y la A-25 (que limita con la provincia de Salamanca).

Sólo en junio, 47.000 vehículos hicieron uso gratuito de estas carreteras, según las estadísticas del Inir.

El método de cobro del peaje en las antiguas "Scut"se ha convertido también en fuente de quejas, al ser un sistema de detección electrónica de vehículos, sin cabinas ni máquinas automáticas para cobrar en metálico o con tarjetas de crédito, lo cual supone una complejidad añadida para los usuarios extranjeros.

Un portavoz del Inir explicó a EFE que los vehículos con matrícula foránea "pueden utilizar un dispositivo electrónico o acogerse a una modalidad simplificada de pre-pago", ya que el cobro a posteriori "no está disponible"para ellos a diferencia de los vehículos nacionales.

Portugal recomienda a quienes viajen por el país durante menos de cinco días que compren a través de Internet tarjetas pre-pago de 10 a 20 euros, según el tiempo y los trayectos previstos.

Para estancias de tres a cuatro semanas, aconseja el alquiler de un dispositivo electrónico, disponible en estaciones de servicio a cambio de una fianza de 27,5 euros y asociado a una tarjeta de crédito.

Este sistema tiene un coste de seis euros por los siete primeros días y de 1,5 euros por cada semana añadida.

Por último, Portugal sugiere a los usuarios habituales de esas autopistas la compra del dispositivo también por 27 euros.

La aparición de los peajes el pasado año motivó una queja oficial ante la Comisión Europea por parte de los empresarios gallegos en la que denunciaban las bonificaciones que disfrutan los ciudadanos lusos, lo que en su opinión supone una discriminación y atenta contra el derecho de libre circulación de personas y bienes.