Santiago de Compostela

Madrugones fe y chubasqueros

La plaza del Obradoiro empieza a llenarse de público para escuchar la eucaristía que oficiará el papa en torno a las 16:30 horas, y para conseguir un buen sitio muchos fieles han hecho cola desde la madrugada, con entusiasmo y por fe, y provistos de chubasqueros por si llueve.

Las calles aledañas a la catedral están vacías de gente y por ellas tan sólo transitan residentes, periodistas y efectivos de la policía y de protección civil acompañados por una ligera llovizna propia de la ciudad y de la estación.

Con tranquilidad y orden, los viajeros que quieren ver al papa se van acercando a las plazas donde se congregará más gente, la del Obradoiro y la Quintana.

Niños con pancartas para recibir a Benedicto XVI y mucho entusiasmo de jóvenes y mayores ante su llegada a Compostela como "peregrino de la fe"este Año Santo, para oficiar por la tarde la ceremonia de la eucaristía.

La misa se celebrará en un altar enmarcado en una estructura de casi 15 metros de alto, adornado con 220 centros de margaritas de color violeta rosáceo que lo rodean ante un panel dorado y la virgen del Carmen, flanqueada por rosas y hortensias blancas, y sobre el que se han colocado siete cirios del mismo color.

"Me emociona muchísimo esta misa, hemos preparado el viaje en tres cuartos de hora desde Extremadura", explicó a Efe Ana, que llegó al Obradoiro con su familia a las 05:30 horas.
Pancartas de bienvenida de Astorga o de Mocejón (Toledo) penden de las vallas que ordenan al público en la plaza, donde Rosario esperó toda la noche "para coger un buen sitio".

Mari y Aurora, de Valladolid, confesaron sus "ganas de ver al papa y apoyarle porque somos católicas y practicantes y es una personalidad para nosotras", y lo mismo evidenció sor Violeta, del convento de los Ancianos Desamparados de Vigo, que llegó al Obradoiro a las 05:30 horas.

Banderolas de bienvenida y con la bandera de España en las manos de muchos fieles, que esperan sentados e informados por una gran pantalla colocada al lado del altar y desprovistos de paraguas pero aprovisionados con chubasqueros, por si llueve.