Londres
Las Olimpiadas al desnudo
«Interviú» descubre todos los encantos de las atletas españolas Ana Torrijos y Patricia Sarrapio
El olimpismo español no entiende de pudor. Y si no que se lo digan a Patricia Sarrapio (29 años), campeona de España de Triple Salto, y a Ana Torrijos (25 años), triunfadora de 100 metros, que han sacado todos sus encantos a relucir en la última portada de la revista «Interviú». Así, ni cortas ni perezosas, antes de viajar a Londres 2012, las jóvenes muestran su lado más guerrero fuera de las pistas con un desnudo muy deportivo: esculturales, atléticas y, sobre todo, sensuales.
Aunque algo tímidas, lucen espalda y presumen de cuerpazo, resultado de horas de duro entrenamiento. Patricia estira sus musculadas piernas al tiempo que no duda en mostrar su pecho, mientras que Ana, más cohibida, tensa el brazo para cubrirlo. Y es que como ellas mismas desvelan en una entrevista a dicha publicación, son como la noche y el día: «Yo soy muy extrovertida, no tengo vergüenza y soy luchadora, llevo compitiendo desde los siete años, cuando empecé con gimnasia rítmica», asegura Sarrapio. Por su parte, Torrijos afirma que es «más tímida y vergonzosa».
Desmadre olímpico
Ambas confiesan que los JJ OO son una oportunidad única no sólo a nivel deportivo, sino también en el ámbito personal. «Hay mucha leyenda, pero cuentan que la fiesta final de las Olimpiadas suele ser un desfase, donde más tensiones se liberan», reconoce Patricia. Y es que, al parecer, las Olimpiadas se convierten también en el escenario idóneo para que florezcan nuevos romances. «Formalmente, dormimos chicas con chicas, aunque al final las habitaciones suelen volverse mixtas. En general, los deportistas están concentrados en el campeonato y esperan a la fiesta final para poder ‘‘mojar''; allí es donde se desahogan». A nivel deportivo, estar en las Olimpiadas «es ya un premio» y duda de sus opciones para hacerse con una medalla: «Lo veo muy difícil, pero yo ya tengo mi medalla, que es ir a las Olimpiadas, mi sueño desde pequeña». Aunque sus inicios se remontan al salto de vallas, pronto se dio cuenta de que lo suyo era el triple salto, un deporte sin los beneficios de otros más aclamados por la afición. Así, Torrijos, que a causa de una lesión de última hora no podrá competir, recuerda los esfuerzos que realizan: «Para poder prepararnos unas Olimpiadas dependemos de las becas y ayudas económicas, sin ellas tenemos que buscarnos la vida por otro lado. Nos permite vivir, pero en ningún caso podemos ahorrar como en otros deportes».
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