Lisboa

Karzai se rebela

La Razón
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Mal pie para el inicio de la Cumbre de Lisboa del próximo fin de semana cuando se anunciará que en 2001 comienza la retirada paulatina de las tropas de la OTAN de Afganistán, que culminará en 2014. En la capital portuguesa, junto a 28 líderes de la Organización del Atlántico Norte se sentará el presidente Karzai, reelegido en 2009 (¿fraudulentamente?) y muy crítico con las últimas redadas de lo que considera «fuerzas extranjeras». Se olvida de que gracias a esas «fuerzas extranjeras» cuyas acciones tanto desaprueba ahora, él ocupa el máximo puesto en la jefatura del país. En cambio, en este momento cree que las operaciones de los aliados dirigidas contra los terroristas son contraproducentes porque incitan a los afganos a unirse a los insurgentes talibán contra el Gobierno.
El enfado y decepción de Estados Unidos no ha tardado en hacerse notar, lo que ha acrecentado la tensión entre las dos partes. Quizás el líder afgano puesto por occidente desee alcanzar algún tipo de acuerdo con los talibán–aunque de momento éstos lo han rechazado–, y para ese fin le molestan las acciones de la OTAN; o quizás no quiera que Estados Unidos le exija un mayor esfuerzo para luchar contra la corrupción. En cualquier caso, la situación en el país afgano es mala para Estados Unidos y los aliados, por lo que el Gobierno de Obama trata de justificar sus actuaciones y no enfrentarse frontalmente a Karzai. Tras tantos años de lucha contra Al Qaida, un empate no le sirve, pero perder sería mucho peor.