Estados Unidos
Hay que cambiar Europa
La salida de la actual crisis debería pasar por la transformación de la UE en un bloque federal y otro confederal
Sarkozy es un personaje que me ha decepcionado bastante como político por sus bandazos ideológicos y por su tendencia a mezclar la vida privada con la actividad pública. Pero no puedo más que estar de acuerdo con el movimiento que impulsa junto a Merkel para cambiar de cabo a rabo el funcionamiento de Europa. La situación institucional de la Unión es de tal gravedad que no queda más remedio que actuar con rapidez tomando medidas encaminadas a salvar el euro y el propio proyecto comunitario. Lo que propone el mandatario francés, una Eurozona muy cohesionada que actúe en lo económico con autoridad central y como si se tratara de un único país, es la mejor solución para este momento histórico de la UE.
En el proceso de construcción europea se han cometido errores de bulto, el principal hacer una ampliación exagerada a 27 países que son imposibles de gobernar o poner de acuerdo en las cuestiones más básicas o fundamentales. Lo lógico hubiera sido ralentizar ese proceso de ampliación mientras se avanzaba en mecanismos que permitieran a la UE funcionar con agilidad.
No se hizo así y se optó por mantener un modelo confederal según el cual cada país sigue siendo soberano y sólo se aceptan las decisiones centrales en la medida en que cada uno lo estima conveniente. La opción federal, defendida de antiguo por Alemania, perdió la batalla y con ella la posibilidad de formar los Estados Unidos de Europa, con un presidente elegido por sufragio universal, un poder Ejecutivo único común que gobierna para toda la Unión, y un Parlamento y tribunales cuyas resoluciones son de obligado cumplimiento.
Ahí está el problema de fondo de cuanto sucede hoy en la UE. Se adoptó una moneda común sin tener un Gobierno político en materia económica. Y así estamos en este escenario disperso en el que Italia hace lo que quiere, Grecia otro tanto de lo mismo y así sucesivamente.
Por eso sí que creo que la salida de la actual crisis pasa por una reconsideración de la Unión como tal, y probablemente por la creación de dos bloques diferenciados: el primero, más avanzado y reducido, sería federal y se sometería en todas sus decisiones a la autoridad central que se designe; el segundo, de carácter confederal, incluiría a los actuales 27 miembros más otros que se asocien en el futuro, y no tendría que asumir necesariamente las resoluciones del primero.
Lo normal es que el grupo «A» lo formen los países que contribuyeron al nacimiento de la CE, o sea, el Benelux más Francia, Alemania y aquellas naciones que, como España, estuvieran dispuestas a trasladar su soberanía al núcleo central de la UE. Soberanía que debería comenzar con lo económico y avanzar en lo político, incluyendo por supuesto Exteriores y Defensa.
Los que, formando parte del segundo grupo, quisieran irse sumando al primero tendrían que aceptar necesariamente las normas de funcionamiento de la Federación. Así se gestionaría Europa con cierto orden y dejaría de ser el actual gallinero en el que es imposible entenderse y hacer políticas mínimamente coherentes.
✕
Accede a tu cuenta para comentar