La amenaza de López Obrador agita la resaca electoral en México

En una conferencia de prensa, AMLO ha afirmado que no está dispuesto a aceptar un "resultado fraudulento"en los comicios, que han sido desfavorables para la izquierda. Sin embargo, cuando se le ha preguntado si las elecciones fueron un fraude, ha respondido: "Tenemos que tener los elementos, jamás hacemos una denuncia si no presentamos pruebas", aseguró.

El conteo rápido da como virtual triunfador al aspirante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, con el 38,1%. La victoria del PRI supondrá su regreso al poder tras 12 años de Gobierno del conservador Partido de Acción Nacional (PAN), dirigido por el presidente Felipe Calderón.

Este resultado preliminar no tiene validez jurídica, y no será hasta mañana que en los 300 distritos electorales comenzará el cómputo oficial sumando los resultados de todas las actas. Los partidos o candidatos pueden llegar a pedir que se vuelvan a contar los votos uno a uno en determinada sección.

Un recuento de un tercio de los votos
También lo puede hacer de oficio el Instituto Federal Electoral (IFE). Y de hecho así ha sucedido. El IFE ha anunciado que hará un recuento de un tercio de los votos emitidos y que abrirá entre 45.000 y 55.000 paquetes de los 300 distritos electores de México para realizar un recuento "voto por voto".

Esto implicará los sufragios emitidos para los comicios de presidente, diputados y senadores. Marco Antonio Baños, consejero de este organismo, ha dicho en una rueda de prensa que la decisión la han tomado después de detectar algunas "inconsistencias"en el proceso, sin precisar más detalles

López Obrador ha ignorado el resultado del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y ha afirmado que quedará pendiente exclusivamente del cómputo oficial de las actas en cada distrito. Preguntado sobre si impugnaría las elecciones si los datos de ese cómputo oficial son los mismos del escrutinio preliminar conocido hasta ahora, ha sido tajante: "Sí, sí las vamos a impugnar". Pero también ha insistido en agotar todos los procesos legales antes de llegar a una conclusión final.

El precedente de 2006
En el 2006, cuando AMLO perdió las elecciones presidenciales frente a Felipe Calderón con un pequeño margen del 0,56%, no reconoció los resultados y se atribuyó la victoria en las urnas. Convocó a sus simpatizantes a una permanente movilización en importantes puntos de esta capital, durante tres meses, unas protestas que desquiciaron a los habitantes de la ciudad e hicieron mella política en su propia imagen.

Ahora, AMLO denuncia especialmente la supuesta compra de votos de parte del PRI. "El candidato del PRI usó dinero a raudales, miles de millones de pesos, de procedencia ilícita, y rebasó, por mucho, lo permitido por la ley", ha afirmado el líder de la izquierda. "Si se limpian los votos que fueron comprados, ganamos con bastante margen. No podemos aceptar un resultado fraudulento", ha insistido. Cuando los periodistas han insistido si estaba dispuesto a acatar los resultados y las decisiones de los tribunales electorales, se ha mostrado esquivo: "No nos adelantemos, esperemos".