Cataluña
El Gobierno invalidará la consulta si no se ajusta al marco constitucional
El Ejecutivo de Rajoy sostiene que aplicará la ley con «la misma firmeza» que con el «plan Ibarretxe». No validará ninguna consulta que afecte sólo al pueblo catalán
Madrid- La huida hacia adelante del presidente de la Generalitat, Artur Mas, estaba prevista en la agenda del Gobierno de Rajoy. Pero no por ello dejó de encender las alarmas del Ejecutivo. De su último encuentro en La Moncloa con Mas, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sacó la conclusión de que el líder nacionalista estaba manejando los tiempos, pero que estaba decidido a transitar por un camino no previsto ni en la Constitución ni en el Estatut catalán. Y ante ello, explican fuentes próximas a Rajoy, las instituciones del Estado sólo pueden mostrarse tan «firmes y estrictas» como lo fueron en su día con el conocido como «plan Ibarretxe».
«Cualquier movimiento que no se ajuste a la brújula constitucional será invalidado y tendrá su respuesta legal», advierten desde La Moncloa.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, anticipó ayer, en la Cadena Ser, que la respuesta a Mas será «serena y firme».
«Responsabilidad»
Su pronunciamiento se produjo horas antes de que el presidente de la Generalitat confirmase el escenario previsto: un anticipo electoral bajo la bandera soberanista. «Vamos a tratar de dar estabilidad en todo este proceso y hacemos un llamamiento a la responsabilidad», precisó.
Más allá de las advertencias legales, el Gobierno tiene que manejar el problema catalán en el plano político, es decir, «combatirlo sin engordarlo». Y el primer reto son esas elecciones planteadas como un plebiscito soberanista.
«Mas se juega el ser o no ser en la mayoría absoluta y ahí es donde hay que dar ahora la batalla porque está haciendo equilibrios mortales sobre una cuerda floja», afirma uno de los «fontaneros» monclovitas.
Para hacerlo, el PP catalán reforzará su discurso nacional y se presentará como el único partido garante de la Carta Magna y de la estabilidad. En el Gobierno están convencidos de que en Cataluña el independentismo no es algo mayoritario, no lo suficiente como para iniciar un proceso de secesión. Y advierten también de que después de las elecciones adelantadas, «obtenga Mas el resultado que obtenga, tendrá que hablar con claridad y deberá tener claro que lo que no puede pretender es una independencia a la carta».
Esto supone, en primer lugar, que el Ejecutivo no validará ninguna consulta que afecte sólo al pueblo catalán, en la medida en que la reforma constitucional agravada que se está planteando exige que sea todo el pueblo español el que se pronuncie sobre una cuestión de ese calado.
Señalan como ejemplo al modelo de Quebec y a las duras condiciones que Canadá impuso para su referéndum de segregación en cuanto a porcentaje de participación, porcentaje de apoyo y refrendo por el conjunto de los canadienses. Quebec se ha sometido a dos referendos y ninguno ha prosperado, recordaban anoche desde La Moncloa.
«Intención de distraer»
Sáenz de Santamaría, además, reprochó a Mas que con la «intención de distraer» sobre lo que ha ocurrido en Cataluña durante estos meses se haya olvidado de los parados y de los ciudadanos más perjudicados por los recortes. «Los gobernantes tienen que tentarse muy bien la ropa antes de abrir senderos que tampoco saben cómo rematar», explicó en su entrevista en la Cadena Ser.
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