Artistas
«Me siento maltratado»
El director del geriátrico que olvidó a dos ancianos muestra su malestar por el tratamiento que recibe
MADRID- Luis Miguel Aranda no levanta cabeza. Tras pasar por uno de los peores momentos de su vida, la resaca del suceso parece que se le ha vuelto en contra. «No entiendo nada, qué le pasa a la gente, ¿pueden dormir tranquilos?», se pregunta. Porque según explicó Aranda, lo que en un primer momento fue un aluvión de muestras de apoyo y comprensión se ha convertido en un desagradable situación.
«Me parece increíble. Yo hice declaraciones a la salida del juzgado porque respeto el trabajo de los periodistas y consideré que debía ayudarles en su trabajo. No entiendo que lo vuelvan contra mí». Ayer mismo, Luis Miguel declaraba ante el juez. «Le conté todo como había sido. Escuchó lo que pasó y eso fue todo. Luego salí, y expliqué lo que pienso, lo que es. Que un error lo comete cualquiera. En mi caso es más duro porque trabajo con personas delicadas», explica.
Aranda quedó en libertad con cargos y ahora sólo le queda esperar a que salga el juicio. Desde un principio, Luis Miguel ha lamentado «profundamente» lo ocurrido. Incluso, llegó a decir que en el momento que abrió la furgoneta deseó que el muerto hubiese sido él.
Los familiares de los ancianos que cuidan en la residencia Virgen del Consuelo de Ciempozuelos han coincidido en señalar que el trato del geriátrico ha sido siempre correcto y muy bueno. «Preguntaban y preguntaban porque querían que alguien dijese algo malo y ahora que ese tipo de errores se deben pagar».
Se da la circunstancia de que ninguna de las familias de las víctimas ha decidido emprender acciones legales contra Luis Miguel y él siente que desde algunos medios parece que eso molesta.
Desde un principio, Aranda aseguró no temer en absoluto la decisión judicial ni el castigo que se le imponga. «Lo aceptaré porque sé que lo que ha pasado ha sido muy duro y fruto de un «estúpido error».
El pasado sábado, Luis Miguel recogió a siete ancianos en sus casas y les llevó a la residencia. Bajó a cinco de ellos, pero se olvidó de dos. Casi doce horas después, los encontraba muertos dentro del vehículo, como adelantó «El programa de Ana Rosa».
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